Historia de la pedagogía

  • LAS PRIMERAS “ESCUELAS NUEVAS”

    LAS PRIMERAS “ESCUELAS NUEVAS”
    Tolstoi abrió una de las escuelas nuevas en su finca de Iásnaia Poliana, una escuela para los hijos de sus campesinos basada en el principio que dice así: “mientras menor sea la constricción requerida para que los niños aprendan, mejor será el método”. este era un método arriesgado para la época.
  • LA “PEDAGOGÍA CIENTÍFICA”: MARÍA MONTESSORI

    LA “PEDAGOGÍA CIENTÍFICA”: MARÍA MONTESSORI
    La Montessori expuso las experiencias realizadas y sus resultados en el libro El método de la pedagogía científica aplicado a la educación infantil en las Casas del niño (1909), y más tarde planteó y promovió la aplicación de sus métodos en las escuelas elementales, con el volumen La autoeducación en las escuelas elementales (1916).
  • EL “CREDO PEDAGÓGICO” DE DEWEY

    EL “CREDO PEDAGÓGICO” DE DEWEY
    La educación “se 'deriva de la participación del individuo en la conciencia social de la especie”; es un proceso “que empieza inconscientemente, casi en el instante mismo del nacimiento, y que modela sin cesar las facultades del individuo, saturando su conciencia, formando sus hábitos, ejercitando sus ideas y despertando sus sentimientos y emociones”. De tal modo se convierte, poco a poco, en un “heredero del capital consolidado de la civilización”.
  • LA “PEDAGOGÍA CIENTÍFICA”: OVIDE DECROLY

    LA “PEDAGOGÍA CIENTÍFICA”: OVIDE DECROLY
    Creó en 1901 una escuela en su misma casa, para luego abrir un instituto para niños normales. Para Decroly, “la función de globalización” es un fenómeno todavía más general, puesto que, además del lado de la percepción, tiene el lado afectivo e indica el aspecto por el cual el trabajo mental “puede ser dominado, determinado y en todo caso influenciado por tendencias preponderantes, permanentes o transitorias del sujeto, por su estado de ánimo constante y variable”.
  • ANTON MAKARENKO Y LA ESCUELA SOVIÉTICA

    ANTON MAKARENKO Y LA ESCUELA SOVIÉTICA
    El principio fundamental de Makarenko es que para educar hay que exigir mucho, no tanto de nosotros mismos cuanto de los educandos, lo que supone la aplicación de una sólida disciplina y una actividad intensa no carente de esfuerzo.