los cuatro humanismos

  • 1528

    "El hombre no nace, se hace" Erasmo de Roterdam (1466 - 1536 )

    Toda cultura que se valore debe tener un sistema educativo, una herramienta contra la barbarie y buscando la paz como único objetivo. El mal, dice Erasmo, no viene de la naturaleza humana sino de una mala educación. Propone en su libro, De pueris instituendis (1528), un amplio programa liberal con el objetivo de ayudar a sus ciudadanos a convertirse en adultos gracias al ejercicio de su razón.
  • 1531

    "No hay que aprender por aprender sin alimentar estos conocimientos de un aprendizaje moral" François Rabelais (1494 - 1533)

    "No hay que aprender por aprender sin alimentar estos conocimientos de un aprendizaje moral" François Rabelais (1494 - 1533)
    En la famosa carta de Gargantúa a Pantagruel insta a su hijo a convertirse en "un abismo de la ciencia", es decir, a dominar los conocimientos de la época: lenguas antiguas, artes liberales, historia natural, derecho civil, la medicina, los escritos bíblicos y los textos de autores greco-romanos y, también, añadir el ejercicio físico "mens sana in corpore sano".
  • 1536

    "Todo maestro ha de ser buena persona y amante de las letras" Juan Luis Vives (1493 - 1540)

    "Todo maestro ha de ser buena persona y amante de las letras" Juan Luis Vives (1493 - 1540)
    "Los maestros no solo deben saber mucho para poder enseñar bien, sino tener aptitud en procurar alojamiento a las abejas, para que produzcan miel", afirmó Juan Luis Vives. Filósofo, pedagogo y humanista, fue amigo de Erasmo de Rotterdam. Doctorado en la Sorbona, fue catedrático en Oxford. Decía que el latín y el griego son los tesoros de la sabiduría. Se le conoce como el primer pedagogo de los tiempos modernos y aplicó la psicología en la educación
  • 1558

    "Vale más una cabeza bien hecha que una cabeza bien llena" Michel de Montaigne (1533 - 1592)

    "Vale más una cabeza bien hecha que una cabeza bien llena" Michel de Montaigne (1533 - 1592)
    Otorga importancia a la reflexión, al espíritu crítico, a la opinión personal y a la apertura de la mente. Más que formar sabios quiere buenos ciudadanos que, ante todo, sean capaces de pensar y actuar según unos valores morales. Respecto a los juegos infantiles considera que no son tales, sino sus más bellas actividades. El niño no es una botella a llenar, sino un fuego que es preciso encender.