Judith holfoenres

CLAROSCURO

  • La última cena

    La última cena
    La última cena, del pintor italiano Tintoretto (1518-1594), es una obra muy tenebrista, en la que el claroscuro tiene un alto contraste, entre la luz y la sombra. La escena se desarrolla en una taberna sombría en la que la luz celestial ilumina de manera directa a Jesús y a los discípulos que se encuentran a su alrededor. La aureola de Jesús es una luz puntual, la cual se origina en un punto reducido, respecto a la obra.
  • La vocación de San Mateo

    La vocación de San Mateo
    La vocación de San Mateo es una obra de Caravaggio (1571-1610) que representa un ejemplo claro del tenebrismo, un alto contraste de luz y sombra, en el que las figuras centrales destacan iluminadas de un fondo oscuro.
  • Cristo en la Cruz

    Cristo en la Cruz
    Cristo en la cruz es una obra maestra de Zurbarán (1598-1664), el más destacado de los tenebristas españoles. El claroscuro empleado por el pintor hace hablar a la obra; la luz celestial llega desde un punto cenital derecho e ilumina el cuerpo de Cristo y a su manto blanco que le ciñe la cintura. La luz directa y reflejada iluminan con altos contrastes sus músculos fuertes y torturados. En la penumbra aparece la Cruz.
  • Las tres cruces

    Las tres cruces
    Las tres cruces es un grabado en aguafuerte y punta seca de Rembrandt. La escena representa la crucifixión de Jesucristo. Es una obra maestra en la que la luz celestial atraviesa la oscuridad para alumbrar la figura de Cristo, quien está flanqueado por los dos ladrones que fueron crucificados con él, y la Virgen María, llorando en medio de soldados romanos a caballo, junto con ciudadanos afligidos, que rodean las cruces.
  • Experimento con un pájaro en una bomba de aire

    Experimento con un pájaro en una bomba de aire
    La escena de esta pieza del pintor inglés Joseph Wright (1734-1797), representa el momento en el que un científico realiza uno de los experimentos con bomba de aire de Robert Boyle, en la que un pájaro será privado de oxígeno. La luz, con gran maestría, ilumina a los rostros de los espectadores, quienes muestran diversas reacciones, tanto curiosidad como de temor por el acontecimiento.