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Berthe Morisot au bouquet de violettes
Eduardo Manet (1832 - 1883)
La guerra franco-prusiana y la Comuna tuvieron un profundo efecto en Edouard Manet. Permaneciendo en París, sirvió en la Guardia Nacional y su actividad artística se ralentizó inevitablemente. A finales de 1871 retomó la pintura y luego redescubrió a sus antiguos modelos, entre ellos Berthe Morisot, una joven pintora con la que compartió una profunda amistad y que se casaría unos años después con uno de sus hermanos. -
Le Pont d'Argenteuil
Claude Monet (1840 - 1926)
Durante el año 1874, el de la primera exposición del grupo impresionista, el puente Argenteuil fue representado siete veces por Claude Monet, y el puente ferroviario que cruza el Sena aguas arriba del pueblo, cuatro veces. -
La Balançoire
Augusto Renoir (1841 - 1919)
Un hombre desde atrás le habla a una joven parada en un columpio, bajo la mirada de una niña y un segundo hombre apoyado en el tronco de un árbol. Renoir nos da la impresión de estar escuchando una conversación: fija, como en una instantánea fotográfica, el juego de miradas que convergen en el hombre de atrás. La joven mira hacia otro lado, como si estuviera avergonzada. -
Le Silence
Lucien Lévy-Dhurmer (1865 - 1953)
Esta figura del silencio es también una alegoría de la fatalidad; expresa la parte de la arbitrariedad que gobierna el mundo, frente al determinismo de los científicos. Desprendida de cualquier anécdota, sin evocar identidad, ni época ni lugar concreto, la obra logra simbolismo y universalidad. -
Bildnis Werner Miller
Fernando Hodler (1853 - 1918)
Esta pintura es un retrato realista y realista de Werner, así como una composición simbolista.
El niño, con una mirada magnética, se sienta en un prado salpicado de flores, símbolos de la vida, de la primavera y del despertar, como la juventud y la inocencia del niño.
Sostiene una flor en cada mano, lo que representa la fusión y armonía de Hodler con la naturaleza. -
Ma petite Maison
François Jean Marie Garat (1866 - 1920)
Instalado en el costado del templo, conviene a los hombres que se alejan de las limitaciones y los deseos de la vida cotidiana, y expresa lo que debe dirigirlos: la aspiración hacia el infinito, lo ideal y lo absoluto, pero en una total simplicidad moral y material.