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2
gotama
Por todos
los caminos del magnífico parque paseaban monjes vistiendo
túnicas amarillas, otros estaban sentados bajo los árboles, aquí y
allá, sumidos en la meditación o conversando de cosas
espirituales. El sombroso jardín parecía una ciudad, lleno de
gentes que pululaban como hormigas -
3
despertar
Mientras caminaba lentamente, Siddhartha meditó. Comprobó
que ya no era un joven, sino un hombre. Comprobó que algo se
había desprendido de él, como la piel vieja de una serpiente,
que ya no había en él algo que le había acompañado y había
poseído durante toda su juventud -
4
el comienzo
El sol quemó sus claras espaldas a la orilla del río, al bañarse, al hacer las abluciones sagradas, al realizar los sacrificios sagrados. El amor se conmovía en los corazones de las jóvenes hijas de los brahmanes cuando Siddhartha pasaba por las calles de la ciudad, con la frente luminosa, con los ojos reales, con las estrechas caderas.
No, y tampoco él, Govinda, quería ser un brahmán como uno de los cien mil que hay. -
4
kamala
Siddhartha sintió que la sangre le hervía, y como
recordara en aquel instante el sueño pasado, se inclinó un poco
sobre la mujer y besó los botones morenos de sus pechos. Al
levantar los ojos vio su rostro que sonreía lleno de deseo y sus
ojos empequeñecidos suplicando con vehemencia. -
5
Entre los hombres-niños
No llevaba mucho tiempo en casa de Kamaswami cuando ya
tomó parte en el negocio de su amo. Pero a diario, a las horas
que ella le marcaba, visitaba a la hermosa Kamala, bien vestido,
bien calzado, y pronto pudo llevarle regalos. Mucho le enseñó
su boca roja y discreta. Mucho le enseñó su mano delicada y
suave. A él, que en amor era todavía un muchacho y por esto
estaba inclinado a arrojarse ciego e insaciable al placer como a
un abismo