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Periódicos en Bogota

By Amtaron
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    Historia de la prensa

    El primer gran diario colombiano que circuló en el Siglo XX apareció en mayo de 1902, cuando la guerra agonizaba, y fue uno de los gestores de la paz que se firmó en noviembre de ese año. Desde su primer número El Nuevo Tiempo sentó plaza como el diario más influyente, posición que conservó hasta principios de la década de los veintes, en que lo equipararon y superaron otros diarios, pero se sostuvo entre los cinco de mayor circulación y prestigio hasta su desaparición definitiva en 1938.
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    El Espectador en Bogota

    Don Fidel Cano había muerto en 1919 y su segundo hijo, Gabriel, se encarga de El Espectador de Medellín, pero no puede sostener la competencia con su poderoso rival, El Colombiano, y en 1923, de acuerdo con su hermano Luis, cierra la edición de Medellín y viaja a la capital para desempeñar la gerencia de El Espectador de Bogotá. Luis Cano muere en 1950 y Gabriel pasa a ser el director.
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    Semana

    La revista Semana, Fue fundada en 1946, por Alberto Lleras Camargo. justo después de terminar su período presidencial. La revista fue vocera del ideario del Partido Liberal Circuló hasta 1961.Ha sido reconocida por ser unos de los principales medios, junto con la revista Cambio 16, en denunciar los principales problemas socio-politicos del país.
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    Comienza el siglo XX

    La violencia política de los años cincuenta ocasiona que El Tiempo sufra, el 6 de septiembre de 1952, el incendio de sus instalaciones provocado por un turba de fanáticos ante cuya acción criminal las autoridades permanecen sordas, ciegas y mudas; más adelante, en agosto de 1955, El Tiempo es clausurado por el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, y reaparece en febrero de 1956 con el nombre de Intermedio. Al caer Rojas Pinilla en mayo de 1957,
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    Cruzando los sesenta

    En la década de los sesenta El Espectador, co dirigido por Gabriel Cano y su hijo Guillermo, hace el tránsito de vespertino a matutino. Su permanente actitud de denuncia de las actividades criminales de la mafia del narcotráfico, provoca en diciembre de 1986 el asesinato el director Guillermo Cano. Más adelante los narcomafiosos ordenan dinamitar la sede de El Espectador. Se vende El espectador en 1997 a un grupo económico