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Nacimiento
Jose Gabriel Tupac Amaru, nacio en Surimana, Cusco. Descendiente Diecto del último inca de Vilcabamba, era el segundo hijo de Gabriel Condorcaiqui y Rosa Noguera. -
Estudios
Fue educado por los Jesusitas en el colegio de San Franscisco de Borja. -
Familia
Se caso con Micaela Bastidas y tuvo tres hijos: Hipólito, Mariano y Fernando. -
Peticion
Presento una peticion formal para que se le concediera un título de nobleza hispano y para que los indios fueran liberados del trabajo obligatorio en las minas. Ante la negativa de la Audiencia de Lima decidio tomar medidas mas radicales -
Antonio de Areche
El visitador Antonio Areche llega a Perú para implementar las Reformas Borbónicas . -
La Revelión
El 4 de noviembre inicio la mayor rebelión indigenista e independentista de Hispanoamérica en el siglo XVIII, primero en contra del mal gobierno de los regidores y después a favor de la independencia peruana de la Corona española, exigiendo la libertado de los indígenas y de los negros, así como la abolición de las diferentes formas de explotación, como las alcabalas, la aduana y la mita de Potosí. -
Meses Después
Fue apresado por las autoridades españolas, torturado e interrogado sin éxito respecto a los implicados en la rebelión . -
Conversación con José Antonio de Areche
Un enviado de la Corona española, entró al calabozo para interrogarlo por los nombres y el paradero de sus cómplices, este le contestó con firmeza:¨Solamente tú y yo somos culpables: tú por oprimir a mi pueblo, y yo por tratar de liberarlo de semejante tiranía¨. Esas palabras sellaron su destino. -
Su Muerte
Fue obligado a presencier el asesinato de sus hijos, su esposa Micaela Bastidas y sus amigos. Finalmente, intentaron desmembrar su cuerpo infructuosamente y terminaron por decapitarlo y descuartizarlo. -
Su Huella
El poeta peruano Alejandro Romualdo le dedicó el poema ¨Canto coral a Túpac Amaru , que es la libertad¨, en el que la repetición del verso ¨querrán matarlo y no podrán matarlo¨ resuena como un mantra en tiempos en los que la esperanza parecieran haberse perdido, y donde, sin embargo, precisamente entonces la vida se rebela para seguir siendo