Evolución de la Neurociencias

  • 129

    Imperio Romano

    Galeno: Médico que se dedicó a observar el cerebro de los gladiadores, descubriendo que el cerebro y el cerebelo tenían consistencias distintas. que el cerebro era el encargado de las sensaciones y el cerebelo el encargado del movimiento.
  • 430

    Antigua Grecia

    Hipócrates llegó a la conclusión que el lugar donde se recogían las sensaciones era el cerebro.
  • 1500

    Renacimiento

    Descartes le otorgó una gran importancia a la glándula pineal pues sostenía que se comunicaba con la mente la cual almacena la sensación y en el cerebro se identificaron dos tipos dos tipos de sustancias: gris y blanca
  • Siglo XVII y XVIII

    Se encontraron diferencias entre la sustancia blanca y la gris y se propuso la presencia de fibras que conectaban ambas sustancias.
  • Siglo XIX

    Las bases de la neurociencia se establece en este época.
    Galvan y Du-Bas Reymond. observan que al estimular un nervio se produce una contracción muscular y se descubre que el cerebro produce electricidad.
    Bell y Magende: diferencia dos tipos de fibras o cables uno del cerebro a la médula y los músculos y otro desde la piel hasta el cerebro y la médula
    Fluorens: observó que el cerebro influía en la coordinación motora.
  • Siglo XX

    Vladimir Betz, Meynert, Vogt y Brodmann lideran la nueva escuela entorno a la idea de la localización cortical surgió en Alemania, esta escuela intentó distinguir diferentes áreas funcionales en la corteza cerebral.
  • Siglo XXI

    Mediante un modelo de ratones con síndrome de Down, los investigadores del NICHD demostraron que la administración prenatal de péptidos neuroprotectores (pequeñas subunidades de proteínas) a los ratones mejoraba su memoria y su capacidad de aprendizaje en la adultez. Los péptidos, NAP y SAL, son subunidades de dos proteínas importantes para el desarrollo del cerebro, ya que mejoran la capacidad de las células del cerebro para recibir y transmitir señales, y les permiten sobrevivir.
  • 2016

    El Dr. Sklar lideró un gran equipo que identificó cerca de 700 genes cuyos niveles de actividad difieren en los cerebros de las personas con esquizofrenia en comparación con los que no la tienen. La mayoría de las diferencias eran sutiles, consistentes con la idea de que las variaciones en muchos genes contribuyen al riesgo de esquizofrenia, cada una de ellas con un efecto pequeño.