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Era la ultima hormiga de la caravana...
La intervención de un terroncito de azúcar no fue impedimento, para que ella lo cargara, con impulso logro dejarlo en su cabeza. -
Después llevó a cabo su quinta operación de carga.
El palito quedo horizontal, aunque algo oblicuo con respecto al cuerpo de la hormiga. Esta hizo un movimiento brusco y entonces la carga quedó mejor acomodada. -
decidio reiniciar su viaje..
con un andar bastante más lento que el que traía. Sus compañeras
ya estaban lejos -
la hormiga se detuvo y..
con sus patitas hallo una letra N pero no contaba con que el terrón de azúcar se iba a partir en 2. -
al ver que su terron de azucar se partio, siguio su camino pero..
decidió cargar uno de estos trozos, y al darse cuenta había otra letra a lado de ella y era la A. -
De pronto... una corriente de viento la derrumbo.
El terrón se desarmo por completo, ya no quedaba nada de este, total mente estaba desarmado, al levantarse perdió su ruta,reinicio su marcha y paso sobre una D. -
de nuevo otro obstáculo que le impedía su camino
Era un trocito de algo,
un palito acaso tres veces más grande que ella misma. Retrocedió, avanzó, y de repente aparece una A oscura.. -
ya era un éxito para la hormiga.
Sin embargo, no había avanzado dos centímetros por la superficie clara del
papel, cuando algo o alguien movió aquella hoja y la hormiga rodó. -
Así y todo, llegó hasta su objetivo, pero cuando estiraba las patas delanteras
La hormiga reinició la marcha, sin
desviarse jamás de su ruta hacia el zócalo -
Las otras hormigas, con sus respectivos víveres, habían desaparecido por algún invisible agujero
El palito estuvo a punto de caer, pero un
particular vaivén del cuerpo de la hormiga aseguró su estabilidad. -
El palito estuvo a punto de caer, pero un particular vaivén del cuerpo de la hormiga aseguró su estabilidad.
La hormiga se acercó al borde,
hizo un leve avance erizado de alertas, pero aun así se precipitó en aquel abismo de
centímetro y medio. -
Ahora el paso era rápido, y el palito no parecía correr el menor riesgo de derrumbe.
A dos centímetros de su meta, la hormiga se detuvo, de nuevo
alertada. Entonces, de lo alto apareció un pulgar, un ancho dedo humano y concienzudamente aplastó carga y hormiga.