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Gran Bretaña
El liderazgo en la industria y los negocios coloniales, el dominio de los mares, su brillante alta sociedad, su dinámica clase media que aspiraba a emular a la aristocracia, una clase obrera cada vez más colaboradora, ofrecían un espectáculo tan envidiado que las costumbres inglesas se extendieron, al igual que sus productos, por todo el planeta. -
Los Estados Unidos
Su parlamentarismo era particularmente ejemplar. Dos cámaras y dos partidos turnantes equilibrados por una monarquía cuyo papel moralizante mantenía unido a un enorme y variopinto imperio. -
El Imperio Ruso
Durante todo el siglo XIX, Rusia se mantuvo al margen de las corrientes liberales y burguesas que transformaron Europa occidental. Los zares conservaron su poder absoluto aliados a la iglesia ortodoxa y a una aristocracia que mantenía la servidumbre feudal en las atrasadas zonas rurales de ese inmenso país. -
La Alemania bismarckiana
Después de protagonizar la unificación alemana, el canciller Otto von Bismarck dirigió el nuevo Estado, en teoría federal y democrático, pero en realidad un imperio autoritario y centralista, con predominio prusiano. -
Japón. La revolución Meiji de Japón
Desde principios del siglo XVII y durante la mayor parte del siglo XIX, el régimen feudal (shogunato) de la familia Tokugawa había impedido que Japón tuviera casi cualquier relación con la modernización que se estaba produciendo en todo el mundo.