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Independencia
Paso del cura Hidalgo que se enfilaba a Guanajuato, aquél septiembre de 1810. -
Rafael García Garcilita
A principios de 1811, el clérigo Rafael García "Garcilita", insurreccionó por segunda vez en Salamanca. Su rebeldía se expresó en el saqueo de las aduanas y de las casas de los partidarios de los realistas, en la destrucción de la cárcel y del archivo público, y en el nombramiento de una nueva autoridad, que en este caso recayó en Luis García.
A imitación de Salamanca, "la plebe" de Irapuato hizo lo mismo, saqueando e incendiando las casas de los europeos y del alcalde realista Mariano Azconovi -
José Ignacion Martínez el Menchaca
Pocos días después, llegaron a Irapuato los Insurgentes José Ignacio Martínez, el coronel Menchaca y el dominico con grado de teniente coronel, fray Mariano Rodríguez. La plebe se alborotó nuevamente y dio muerte a los patriotas Mariano Liceaga y José María Estrada, e hirieron a otros; entre ellos al alcalde Mariano Azconoveitia. A "gusto del pueblo" los Insurgentes nombraron jueces a Juan Bautista Gallardo y José Apolonio Zanabria. -
Salamanca en armas
El 1 de febrero de 1812, las pobalciones de Celaya, Guanajuato, León, Silao e Irapuato estaban bajo control de los realistas. Sus milicias eran de las mejores organizadas. En cambio, Salamanca, Valle de Santiago, Pénjamo y Yuriria estaban ocupadas por los Insurgentes. Tanto realistas como Insurgentes atacaban a las poblaciones consideradas enemigas. Según el subdelegado de Irapuato, José María Esquivel, los Insurgentes robaban todo lo que encontraban en las haciendas. -
Guatierrez de la Concha
El capitán de milicias de León, Gutiérrez de la Concha, aseguraba que Salamanca era un pueblo de cuyos vecinos "el que no es Insurgente, es egoísta, y no tiene resolución para abrazar decididamente algún partido; si se le oye hablar, son unos infelices que dominados de sus fuerzas han tenido que ceder". Gutiérrez ya los había sometido varias veces y siempre lo recibían con repique de campanas. -
Muerte de Mariano Ramírez
En una ocasión, como se celebraba una boda, el realista Francisco Guizamontegui envió una partida a inspeccionar si en la fiesta había rebeldes. Cual sería su sorpresa al encontrar al jefe insurgente Mariano Ramírez, "administrador general de todas las haciendas de la provincia de Guanajuato y recaudador de pensiones". Él y sus dos ayudantes, Ignacio Centeno y José Olvera, fueron fusilados.