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CONTAGIO
La principal forma de contagio es mediante el contacto directo con cualquier perro con sarna o sus objetos, que pueden estar también infestados de ácaros. No obstante, no es la única, y también es habitual que los canes se contagien cuando sufren una bajada de defensas importante. -
ÁCAROS
En este caso, el parásito tiene forma de tubo y no excava galerías en la piel sino que se mete dentro del folículo piloso. Los ácaros comienzan a reproducirse sin control invadiendo el folículo, por es el pelo se cae. -
PICAZÓN Y ARDOR
Los parásitos en la piel provocan picor, y veremos como se rasca con mucha frecuencia.El perro se rasca sin parar y en cualquier momento. -
PERDIDA DE PELO
Poco a poco se van formando calvas en el pelaje, pueden empezar en un sitio (cara, nariz, cabeza, etc.) e irse extendiendo por más zonas de la piel conforme la enfermedad avanza. -
PIEL CON LESIONES
Si no se trata, va creando lesiones en la piel, que se ven agravadas porque el animal no para de rascarse y se provoca arañazos y rasguños con sus propias uñas. -
MANCHAS ROJAS.
Si se llegan a observar manchas rojas en la piel, pude que padezca sarna roja. -
PERDIDA DE APETITO
El perro se encuentra más nervioso de lo normal y más molesto, así que puede estar apático y perder el apetito o comer menos de lo normal. -
MAL OLOR
Si la sarna se encentra en una fase ya muy avanzada, puede notarse como olor a rancio que proviene de la piel deteriorada del perro. Si tu perro está en casa bien atendido, te darás cuenta de la presencia de la sarna antes de llegar a este punto.