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En los ´60
Los programas preventivos se basaban en un modelo “racional o informativo” y se enfocaban en brindar información. El argumento de que al tener un conocimiento “apropiado” se optará por obrar “bien”, resulta extremadamente simplista en la medida en que se desconocen todos los otros factores que influyen en la determinación de la conducta humana. -
En los ´70
Se dio paso al modelo de las influencias sociales o psicosociales, según el cual para lograr un desarrollo efectivo de programas preventivos es necesario tener en cuenta tres factores de riesgo fundamentales: los ambientales, los personales y los conductuales. -
En los ´80
Surge el modelo de habilidades generales, según el cual se considera que no es suficiente entrenar a los jóvenes en habilidades específicas para rechazar el consumo, sino que es preciso instruirlos en habilidades generales, lo que se conoce como habilidades para la vida. -
En la Actualidad
Hoy en día se reconoce la necesidad de diseñar los programas y estrategias preventivas basándose en teorías estructuradas y bien fundamentadas que partan del conocimiento científico:
- Sobre el origen, desarrollo y mantenimiento de ciertos comportamientos.
- Sobre los factores de riesgo y de protección.
- Sobre la evaluación de las intervenciones y su efectividad
- Sobre las bases teóricas que soportan tanto la investigación como los programas y las intervenciones.