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899
Antecedentes y primeros tiempos
Los inicios del proyecto catedralicio compostelano se encuentran en el edículo apostólico donde, según la tradición, fueron hallados los restos de Santiago el Mayor. Del edificio romano y de su contexto arqueológico se conservan huellas arquitectónicas significativas en la cripta, bajo el altar mayor. -
1075
Inicio de la catedral actual
La catedral románica iniciada en 1075, en tiempos del rey de Castilla y León Alfonso VI y del obispo compostelano Diego Peláez, constituyó un proyecto grandioso, fruto de la cultura europea del siglo XII, especialmente cuidado e impulsado por el primer arzobispo compostelano Diego Gelmírez (1100-1140). Durante su episcopado Gelmírez construyó la mayor parte del edificio, construyó un nuevo palacio, un hospital y una plaza dotada de una amplia fuente. -
1200
Fin del proyecto románico
En tiempos de Gelmírez se terminó la construcción de la girola, continuando con los trabajos de arquitectura y escultura de los dos brazos del crucero y la realización de sus portadas esculturadas, dirigidas por el “maestro de Platerías”. La arquitectura del transepto fue concebida con depurada sencillez estructural. Esta pureza de diseño se mantuvo a lo largo de la segunda mitad del siglo XII en el desarrollo de las naves mayores. -
1211
Desde el siglo XIII
En los años finales del siglo XII y principios del XIII, tras la labra del Pórtico de la Gloria, se construyeron las torres del Obradoiro, la fachada principal y el coro pétreo. En los primeros tramos de la nave mayor, frente al altar principal, delimitando un espacio que constituía una “iglesia de los sacerdotes” dentro de la “iglesia de los fieles”. La catedral se consagró solemnemente el domingo 11 de abril de 1211, en presencia del rey Alfonso IX y del arzobispo Pedro Muñiz. -
1523
El reconocimiento
Será en el periodo renacentista (s. XVI) coincidiendo en parte con la época de la Contrarreforma católica, cuando la catedral de Santiago vuelva a reformar espacios, readaptándose a los nuevos tiempos y embelleciendo a la moda tanto su interior como su exterior. Este fue el tiempo de la dilatada construcción de un nuevo y más grandioso claustro, sustituto del medieval, por decisión del arzobispo humanista Alonso III de Fonseca -
1568
Hacia la eclosión barroca
La fachada occidental del claustro, la que mira hacia la plaza del Obradoiro, comenzó a edificarse el 15 de octubre de 1568, con dirección de obra de Juan de Herrera. A partir de 1578, y después de un periodo de inactividad motivado por una fuerte epidemia iniciada en 1566, dirige las obras Gaspar de Arce Solórzano hasta 1590. El lienzo occidental contribuye a la regularidad del gran espacio urbano que es la plaza de O Obradoiro. -
Nace el nuevo altar mayor
A partir de 1669 la labor de Andrade cobrará en la catedral una mayor relevancia, sustituyendo al fallecido Antas en la dirección del tabernáculo. La construcción de esta pirámide sostenida por cuatro enormes ángeles con las alas desplegadas, decorada con toda suerte de elementos jacobeos, simbólicos y heráldicos, ángeles con banderas, las cuatro Virtudes cardinales y coronada por la dinámica imagen ecuestre del apóstol Santiago. -
Siglos XVIII y XIX
En 1711 el arquitecto Fernando de Casas Novoa sustituye al anciano Andrade en la dirección de las obras, aunque su grado de realización le obligó a dedicarse a tareas complementarias y propiamente ornamentales, pero decisivas para lograr el aspecto que la capilla presenta en nuestros días. -
Nace la nueva puerta de los peregrinos
La delicada labor de desmontaje y demolición de la primitiva fachada norte, junto con las obras de edificación del primer cuerpo de la nueva Acibechería y parte del segundo, se llevaron a cabo entre 1759 y 1762, bajo trazas y dirección del maestro de obras de la catedral Lucas Ferro Caaveiro. -
Una nueva visión
La idea fundamental, partiendo en 1793 del arzobispo fray Sebastián Malvar, era que la catedral se adaptase a la nueva liturgia católica que la Iglesia quería implantar una liturgia más participativa y basada en la predicación y en la visión directa del altar por parte de los fieles. Ante esta situación, el coro situado en el centro de la nave principal era un estorbo para que este concepto espiritual pudiese realizarse. -
Los secretos de la Catedral