La oración en el Antiguo Testamento

  • Jan 1, 1000

    El inicio

    Dios es quien primero llama al hombre.
    El Dios vivo y verdadero llama incansablemente a cada persona al encuentro misterioso de la oración. Esta iniciativa de amor del Dios fiel es siempre lo primero en la oración, el caminar del hombre es siempre una respuesta. A medida que Dios se revela, y revela al hombre a sí mismo, la oración aparece como un llamamiento recíproco, un hondo acontecimiento de Alianza. A través de palabras y de actos, tiene lugar un trance que compromete el corazón humano
  • Jan 1, 1000

    La creación

    La creación
    La oración se vive primeramente a partir de las realidades de la creación. Los nueve primeros capítulos del Génesis describen esta relación con Dios. (cf Gn 4, 26), (Gn 5, 24), (cf Gn 8, 20-9, 17), (Gn 6, 9)
  • Jan 1, 1200

    Oración de Abraham - el silencio

    Cuando Dios a llama, Abraham (Gn 12, 4): todo su corazón se somete a la Palabra y obedece. La obediencia del corazón a Dios que llama es esencial a la oración, las palabras tienen un valor relativo. Por eso, la oración de Abraham se expresa primeramente con hechos: hombre de silencio, construye un altar al Señor. Más tarde aparece su primera oración con palabras: una queja velada recordando a Dios sus promesas que no parecen cumplirse (cf Gn 15, 2-3).
  • Jan 2, 1200

    Oración de Abraham - la intercesión

    Oración de Abraham - la intercesión
    Abraham cree en Dios (cf Gn 15, 6), marcha en su presencia y en alianza con él (cf Gn 17, 2). Recibeen su tienda al Huésped misterioso en Mambré. Desde entonces, habiéndole confiado Dios su Plan, el corazón de Abraham está en consonancia con la compasión de su Señor hacia los hombres y se atreve a interceder por ellos con una audaz confianza (cf Gn 18, 16-33).
  • Jan 3, 1200

    Oración de Abraham - la entrega

    Oración de Abraham - la entrega
    Como última purificación de su fe, se le pide que sacrifique al hijo que Dios le ha dado. Su fe no vacila: "Dios proveerá el cordero para el holocausto" (Gn 22, 8), "pensaba que poderoso era Dios aun para resucitar de entre los muertos" (Hb 11, 19). La oración restablece al hombre en la semejanza con Dios y le hace participar en la potencia del amor de Dios que salva a la multitud (cf Rm 4, 16-21).
  • Jan 1, 1300

    Jacob y el ángel

    Jacob y el ángel
    Dios renueva su promesa a Jacob, cabeza de las doce tribus de Israel (cf Gn 28, 10-22). Antes de enfrentarse con su hermano Esaú, lucha una noche entera con "alguien" misterioso que rehúsa revelar su nombre pero que le bendice antes de dejarle, al alba. La tradición espiritual de la Iglesia ha tomado de este relato el símbolo de la oración como un combate de la fe y una victoria de la perseverancia (cf Gn 32, 25-31; Lc 18, 1-8).
  • Jan 1, 1500

    Moisés - el llamado - figura principal de la oración en la tradición espiritual judía y cristiana.

    Moisés - el llamado - figura principal de la oración en la tradición espiritual judía y cristiana.
    Dios llama a Moisés desde la zarza ardiendo (Ex 3,1-10). Él se revela para salvar los hombres, no lo hace solo ni contra la voluntad de los hombres: llama a Moisés para enviarlo, para asociarlo a su compasión, a su obra de salvación; Moisés después de debatirse, acomoda su voluntad a la de Dios salvador. En este diálogo con Dios Moisés aprende a orar: se humilla, objeta, y sobre todo pide y, en respuesta a su petición, el Señor le confía su Nombre inefable que se revelará en sus grandes gestas
  • Jan 2, 1500

    Moisés - oración contemplativa

    "Dios hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo" (Ex 33, 11). La oración de Moisés es típica de la oración contemplativa gracias a la cual el servidor de Dios es fiel a su misión. Moisés "habla" con Dios frecuentemente y durante largo rato, subiendo a la montaña para escucharle e implorarle, bajando hacia el pueblo para transmitirle las palabras de su Dios y guiarlo.
  • Jan 3, 1500

    Moisés - Oración de intercesión - La intercesión es también un combate misterioso

    De la intimidad con el Dios fiel, tardo a la cólera y rico en amor(Ex 34,6) Moisés saca la fuerza y la tenacidad de su intercesión. Pide por el pueblo que Dios ha adquirido, no por él. Moisés intercede en el combate con los amalecitas(Ex 17,8-13), para obtener curación de Myriam (Nm 12,13-14). Sobre todo luego de la apostasía del pueblo (Ex 32,1-34,9). Dios es amor,es justo y fiel no puede contradecirse, debe acordarse d sus acciones maravillosas,no puede abandonar al pueblo que lleva su Nombre.
  • La oración del pueblo

    La oración del pueblo de Dios se desarrolla a la sombra de la Morada de Dios, el Arca de la Alianza y más tarde el Templo. Los guías del pueblo - pastores y profetas - son los primeros que le enseñan a orar.
  • La oración de Samuel

    La oración de Samuel
    El niño Samuel aprendió de su madre Ana cómo "estar ante el Señor" (cf 1 S 1, 9-18) y del sacerdote Elí cómo escuchar Su Palabra: "Habla, Señor, que tu siervo escucha" (cf 1 S 3, 9-10). Más tarde, también él conocerá el precio y el peso de la intercesión: "Por mi parte, lejos de mí pecar contra el Señor dejando de suplicar por vosotros y de enseñaros el camino bueno y recto" (1 S 12, 23).
  • La oración del Rey David

    David es, por excelencia, el rey "según el corazón de Dios", el pastor que ruega por su pueblo y en su nombre, aquél cuya sumisión a la voluntad de Dios, cuya alabanza y arrepentimiento serán modelo de la oración del pueblo. Ungido de Dios, su oración es adhesión fiel a la promesa divina (cf 2 S 7, 18-29), confianza amante y alegre en aquél que es el único Rey y Señor. En los Salmos, David, inspirado por el Espíritu Santo, es el primer profeta de la oración judía y cristiana.
  • David y el Templo: El Templo de Jerusalén, casa de oración que David quería construir, es obra de su hijo Salomón.

    David y el Templo: El Templo de Jerusalén, casa de oración que David quería construir, es obra de su hijo Salomón.
    La oración de la Dedicación del Templo (1R 8,10-61) se apoya en la Promesa de Dios y su Alianza, la presencia activa de su Nombre entre su Pueblo y el recuerdo de los grandes hechos del Exodo. El rey eleva las manos al cielo y ruega al Señor por él, por todo el pueblo, por las generaciones futuras, por el perdón de sus pecados y sus necesidades diarias, para que todas las naciones sepan que Dios es el Único y que el corazón del pueblo le pertenece por entero a El.
  • Los salmos - son la obra maestra de la oración en el Antiguo Testamento

    Son llamados "alabanzas". Recuerdan los acontecimientos salvadores del pasado y se extiende hasta la consumación de la historia; hace memoria de las promesas de Dios ya realizadas y espera al Mesías que les dará cumplimiento definitivo. Los Salmos alimentan y expresan la oración del pueblo de Dios como Asamblea, en en Jerusalén y en las sinagogas. Esta oración es a la vez individual y comunitaria; concierne a los que oran y a todos los hombres abarca a toda la creación
  • Los profetas y el pueblo de Dios

    Para el pueblo el Templo era el lugar donde aprender a orar: las peregrinaciones, las fiestas, los sacrificios, la ofrenda de la tarde, el incienso, los panes de "la proposición", todos estos signos de la Santidad y de la Gloria de Dios, Altísimo pero muy cercano, eran llamadas y caminos de oración. El ritualismo arrastraba al pueblo hacia un culto demasiado exterior. Era necesaria la educación de la fe, la conversión del corazón. Esta fue la misión de los profetas, antes y después del Destierro
  • La oración de los profetas

    En el "cara a cara" con Dios, los profetas sacan luz y fuerza para su misión. Su oración no es una huida del mundo infiel, sino una escucha de la palabra de Dios, a veces un litigio o una queja, siempre una intercesión que espera y prepara la intervención del Dios salvador, Señor de la historia (Am 7, 2.5; Is 6, 5.8.11; Jr 1, 6; 15, 15-18; 20, 7-18).
  • La oración de Elias

    La oración de Elias
    Elías es el padre de los profetas. Su nombre, "El Señor es mi Dios", anuncia el grito del pueblo en respuesta a su oración sobre el Monte Carmelo (1R 18,20-39) el fuego del Señor es la respuesta a su súplica de que se consume el holocausto. Después de haber aprendido la misericordia en el torrente de Kérit, aprende junto a la viuda de Sarepta la fe en la palabra de Dios, fe que confirma con su oración insistente: Dios devuelve la vida al hijo de la viuda (1R 17, 7-24)