Eva esta dentro de su gato

  • Belleza incomoda

    Eva sentía que su belleza se había derrumbado, ella no quería ser el centro de atención de los hombres con sus miradas largas, ella sentia que unos insectos le recorrian su cuerpo y maldijo sus antepasados, alguien tenia que dejar de pasar esa herencia. Eva comenzó a sentir nostalgia por su belleza: por esa belleza que ella había desperdiciado tontamente. Nunca penso que la belleza le iba a costar tantos sacrificios
  • Horas de desvelo y desesperacion

    Noche a noche, se hundía en su desesperación, pensaba que más le hubiera valido ser una mujer vulgar, o ser hombre; pero no tener esa virtud inútil, alimentada por insectos de remotos orígenes, en esas horas de desvelo era cuando se acordaba de las cosas desagradables a su fina sensibilidad. Recordaba esos objetos que constituían el universo sentimental
  • El niño

    Eva le tenia miedo al niño sabía que en las noches en que la persiguiera la vigilia él lo adivinaría, Ella sentía miedo de sentirlo al lado, cuando Eva se desvelaba se ponía a pensar en “el niño” que debía estar llamándola desde su pedazo de tierra para que lo ayudara a fugarse de esa muerte absurda
  • El miedo

    Eva le tenia miedo al niño. A Ella seguía doliéndole el miedo. Y por debajo del miedo seguían martirizándola esos implacables insectos. Y lo que más la intranquilizaba era que ese miedo no tuviera justificación alguna, que fuera un miedo único, sin razón; un miedo porque si. El miedo la había absorbido totalmente y continuaba allí, fijo, tenaz, casi corpóreo; como si fuera una persona invisible que se había propuesto no salir de su habitación
  • La muerte

    A Eva con esos insectos sentía que le estaban precipitando la llegada irrevocable de la muerte. La muerte se le había apretado a la vida como una araña que la mordía rabiosamente, dispuesta a hacerla sucumbir.
  • Un miedo extraño

    Eva volvió a tener miedo. Pero era un miedo distinto al del momento anterior. Ya no era el miedo al llanto de “el niño”.
    Era un terror por lo extraño, por lo misterioso y desconocido de su nuevo mundo en el que esta vagando
  • El gato

    Eva tenia tantos deseos por comerse una naranja que pensó en reencarnarse en alguien que estuviera en la casa pero no encontró a nadie. Había alguien en la casa en quien podría reencarnarse: ¡en el gato!. Se imagino dentro del gato pero ahora tenia el miedo de que en el cuerpo del gato tuviera mas deseos de comerse un ratón mas no una naranja y con sus energías comenzó a buscar el gato
  • Algo diferente

    Cuando Eva comenzó a buscar el gato todo era diferente Los rincones de la casa le eran extraños; ya no eran aquellos oscuros rincones llenos de telaraña. El gato no estaba en ninguna parte, la casa ya no era la misma de antes, trató de encontrar otra vez “el niño’’ en su hueco de agua. Pero no estaba el naranjo en su sitio y “el niño” no era ya sino un puño de ceniza Sólo entonces comprendió ella que habían pasado ya tres mil años desde el día en que tuvo deseos de comerse la naranja