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Walden, Las Lagunas (Henry David Thoreau)

  • 115

    Alejado de la sociedad

    Alejado de la sociedad
    “A veces, ahíto ya de compañía humana y cotilleo, y agotados ya todos mis amigos de la villa, echaba más al oeste de lo que tenía por costumbre, hacia partes del lugar todavía menos frecuentadas, a «bosques frescos y prados nuevos», o iba a realizar mi cena de gayubas y bayas azules en la colina de Fair Haven en tanto se ponía el sol, al tiempo que amontonaba un. reserva para varios días.”
  • 116

    El silencio

    El silencio
    “De vez en cuando, nos sentábamos juntos a la orilla del lago, él a un extremo del bote y yo al otro; no intercambiábamos muchas palabras, pues él se había ido quedando sordo con los años, y el ocasional salmo que le daba por susurrar quedamente no armonizaba mal con mi filosofía.”
  • 117

    Pensamientos

    Pensamientos
    “Resultaba curioso, especialmente en las noches oscuras, cuando los pensamientos de uno han derivado con temas sin límites y cosmogónicos a otras esferas, el sentir ese suave tirón que venía a interrumpir los sueños y a unirle a uno de nuevo con la Naturaleza.”
  • 117

    El paisaje

    El paisaje
    "El paisaje de Walden es de escala humilde, aunque muy bello; no tiene nada de grandioso ni podría interesar mucho a quien no lo haya frecuentado largo tiempo, o vivido junto a la ribera; (...). Es como un pozo limpio, verde oscuro, (...); un manantial eterno entre pinares y robledos, sin afluente ni aliviadero alguno visibles que no sean las nubes y la evaporación. Las colinas circundantes se alzan bruscamente de las aguas (...) totalmente cubiertas de arbolado.”
  • 121

    La leyenda de Walden

    La leyenda de Walden
    “Mis convecinos, en cambio, conocían todos la
    tradición, y los más ancianos me decían haberla oído en su juventud: que en otros tiempos, los indios habían celebrado una fiesta allí, sobre una colina tan elevada como profunda es hoy día la laguna, y que fue tal la disipación que se
    permitieron, dice la historia que mientras así festejaban, la colina se tambaleó hundiéndose de repente; sólo se salvó una vieja india llamada Walden, que dio su nombre a la
    laguna.”
  • 121

    La fuerza de sus aguas

    La fuerza de sus aguas
    “Mediante esta fluctuación, la laguna reivindica sus derechos sobre la orilla, la costa es rapada, y los árboles no pueden hacerla suya por derecho de uso. Son los labios del lago, sobre los que no crece árbol alguno, y aquél da en relamérselos de vez en cuando.”
  • 122

    Muros de piedra

    Muros de piedra
    “En cuanto a las piedras, son muchos los que aún piensan que es difícil explicárselas por la acción de las olas contra los oteros circundantes; pero, observo que las colinas en torno se hallan repletas de rocas semejantes, por lo que se han visto obligados a amontonarlas formando muros a ambos lados de la vía férrea donde ésta es casi tangente a la laguna; además, las piedras abundan sobre todo donde la costa es más abrupta.”
  • 123

    La mano del hombre

    La mano del hombre
    ...“es posible descubrir unos montículos de forma circular, de una docena de pies de diámetro por uno de alto, que están formados por guijarros de un tamaño menor que un huevo de gallina, mientras que a su alrededor la arena aparece totalmente desnuda. Al principio, uno se pregunta si fueron los indios quienes acaso los levantaran sobre el hielo, y que cayeron luego al fondo con la fusión de éste; sin embargo, resultan demasiado regulares y, algunos, de formación harto reciente.”
  • 124

    Las facciones del lago

    Las facciones del lago
    “Un lago es uno de los rasgos más bellos y expresivos de un paisaje. Es el ojo de la tierra; y en mirándose en él descubre el observador la profundidad de su propia naturaleza. Los árboles acuáticos de la orilla son las finas pestañas que lo enmarcan, y las frondosas colinas y acantilados en torno, sus prominentes
    cejas.”
  • 125

    La belleza del lago

    La belleza del lago
    “No es posible diferenciar la emoción placentera del estremecimiento de dolor. ¡Qué apacibles, los fenómenos de la laguna! De nuevo resplandece la obra del hombre, como en la primavera. ¡Sí, cada hoja, cada tallo, las piedras y las telas de las arañas todas, brillan ahora, mediada la tarde, como cuando las cubre el rocío de una mañana primaveral! El movimiento de un remo o de un insecto se traducen en un destello de luz, y si cae aquél ¡cuán dulce es el eco!”
  • 126

    Entre la tierra y el cielo

    Entre la tierra y el cielo
    “Una expansión de agua revela el espíritu que se alberga en los aires, y continuamente recibe vida nueva e impulso desde arriba. Su naturaleza la sitúa entre la tierra y el cielo. Sólo los árboles y las hierbas se cimbrean en aquélla, pero las aguas se rizan con el viento. Descubro donde surca la brisa por los trazos y destellos de luz. Es notable que podamos poner nuestra mirada en su superficie.”
  • 126

    Flotar

    Flotar
    “Aquellas aguas tan transparentes, y al parecer insondables, guardaban el reflejo de las nubes, y yo me sentía flotar en el aire como en un globo, en tanto que los movimientos de aquellos pececillos se me antojaban ora revoloteo ora planeo, como si una nutrida bandada de aves pasara a mi lado a derecha e izquierda, con sus aletas desplegadas a guisa de velamen.”
  • 127

    Una canoa india

    Una canoa india
    “Él solía venir aquí a menudo para pescar y se servía de una vieja canoa que encontrara un día en la orilla. Estaba construida de troncos de pino blanco vaciados y unidos, y tanto la proa como la popa habían sido talladas en ángulo recto. Era, además, poco marinera; pero duró muchos años, hasta que se impregnó de agua y desapareció, quizá, en lo más hondo.”
  • 127

    El anfiteatro Walden

    El anfiteatro Walden
    “Cuando remé por primera vez en las aguas de Walden, la laguna estaba completamente rodeada de espesos bosques de encinas y de altos pinos, y en algunas de sus caletas se enroscaban en los árboles vides silvestres junto al agua, (...). Las colinas que enmarcan su orilla son tan escarpadas, y el boscaje que las cubría entonces, tan frondoso, que si uno miraba hacia abajo desde el extremo occidental, diríase que se trataba de un anfiteatro para una especie de espectáculo silvánico.”
  • 128

    El paso del tiempo

    El paso del tiempo
    “Y bien, aquí está Walden, el mismo laguito
    forestal que yo descubriera hace ya tantos años, donde la arboleda talada el invierno pasado resurge ahora de nuevo tan exuberante como siempre junto a la orilla, mientras aflora a su faz el mismo pensamiento de entonces, hecho de felicidad y alegría fluidas para consigo mismo y su Hacedor y ¡ay! puede que también para conmigo.”
  • 128

    La riqueza de la naturaleza

    La riqueza de la naturaleza
    “He pasado así muchas mañanas en secreto, prefiriendo invertir de esta manera la parte más preciada del día, pues era rico, si no en dinero, en horas de sol y días estivales que derrochaba a manos llenas; y no lamento tampoco el no haber dedicado más de ellas al taller o a la cátedra de maestro. Pero desde que abandoné estas riberas, los taladores las han esquilmado aún más, y ya no habrá más paseos por el bosque, con retazos
    ocasionales de aguas entrevistas entre los árboles.”
  • 129

    Cerca del cielo

    Cerca del cielo
    “«No es un sueño mío,
    para adornar un verso;
    jamás estaré tan cerca de Dios y del cielo
    de lo que vivo a Walden.
    Soy las piedras de su orilla
    y la brisa en su rostro;
    y en la palma de mi mano
    están sus aguas y su arena,
    y su más honda entraña
    aflora casi en mi espíritu».”
  • 130

    La laguna de Flint

    La laguna de Flint
    “A mí me gustaba llegarme a ella con frecuencia a través del bosque. Valía la pena aunque sólo fuere para sentir el viento en el rostro y para percibir el incesante rodar de las olas, evocación de vida marinera.”