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La Guerra de la Independencia
La marcha hacia Bayona de la familia real dejó tras de sí un vacío de poder justamente
cuando se presentaban unas circunstancias excepcionales, con el ejército del general francés
Murat ocupando Madrid. El pueblo abrazó la causa de Fernando VII, a quien llamó el
Deseado.
El 2 de mayo de 1808 se produjo el primer levantamiento contra Napoleón. La insurrección
tuvo un carácter popular, aunque algunos sectores del Ejército (los capitanes Daoiz y
Velarde) se sublevaron también. -
La Constitución de 1812.
El 23 de septiembre de 1810 quedaron constituidas
las Cortes de Cádiz. Al día siguiente los asistentes
aprobaron su primer decreto, en el que se declararon
depositarios de la soberanía nacional, hecho en sí
mismo revolucionario al sustentar la legitimidad de las
Cortes en la nación, y no en el mandato regio.
Se entendía el concepto de nación como el conjunto
de ciudadanos libres, residentes tanto en la península
como en los territorios ultramarinos, iguales en
derecho. -
El Trienio Liberal
Finalmente se produjo el
pronunciamiento liberal. El 1 de
enero de 1820, el coronel Rafael de
Riego, al frente de una compañía de
soldados acantonados en la localidad
de Cabezas de San Juan (Sevilla),
pendientes de embarcar para reprimir
el secesionismo de las colonias
americanas, se sublevó y recorrió
Andalucía proclamando la Constitución
de 1812.Obligaron al rey
Fernando VII a aceptar la Constitución
de 1812. -
La Primera Guerra Carlista
29 de septiembre de 1833, muere Fernando VII, dos días después su
hermano Carlos Mª Isidro y a través del manifiesto de Abrantes,
reclamaba el trono desde Portugal. Muchas ciudades le apoyaron, otras
siguieron fieles a la reina regente (María Cristina). La guerra que se
desató fue algo más que una guerra dinástica por la sucesión al trono,
pues enfrentaría a los defensores del antiguo régimen con los
partidarios de iniciar un nuevo proceso reformista de carácter liberal. -
La regencia de María Cristina
En 1833 fallecía Fernando VII y Mª Cristina de Borbón se convertía en
regente hasta la mayoría de edad de su hija. Se iniciaba así la guerra civil por su sucesión
y comenzaba al mismo tiempo la construcción del nuevo estado liberal. Fue así como entre
1833 y 1843 se llevó a cabo el desmantelamiento del Antiguo Régimen y la configuración
del estado liberal. -
La desamortización de Mendizábal.
Mendizábal decretó la disolución de las órdenes religiosas (excepto las dedicadas a la
enseñanza y a la asistencia hospitalaria) y estableció la incautación de su patrimonio. Los
bienes desamortizados fueron puestos en venta mediante subasta pública a la que podían
acceder todos los particulares interesados en su compra. Las tierras podían adquirirse en
metálico o a cambio de títulos de la deuda pública -
La expansión del ferrocarril.
La expansión del tendido ferroviario fue un
factor clave de modernización como en el resto del
mundo. España llegó con retraso al nuevo medio
de transporte y la primera línea fue la construida
entre Barcelona y Mataró. Tras la
promulgación de la Ley General de Ferrocarriles
en 1855 tuvo lugar un verdadero "boom" del
ferrocarril. Se trazaron las grandes líneas MadridAlicante, SevillaCádiz, BarcelonaZaragoza y
MadridIrún, gracias al impulso del capital
gubernamental y del capital extranjero. -
La revolución de 1868.
El Sexenio democrático comenzó con la
revolución de septiembre de 1868,
conocida como la Gloriosa o la
Septembrina. Se inició en Cádiz tras el
pronunciamiento de la armada al mando
del almirante Topete, junto con una parte
del ejército dirigido por los generales
Serrano (unionista) y Prim (progresista).
Las causas de la rebelión tenían su origen
en la crisis política, la depresión
económica iniciada en 1866
y la
impopularidad de la reina. -
La Primera República Española
La última etapa política del Sexenio Democrático fue la Primera República.
Su duración no alcanzó un año. Se proclamó en febrero de 1873 y fue
derrocada por un golpe de Estado en enero de 1874.
La proclamación de la Primera República española fue la salida más fácil
ante la renuncia de Amadeo de Saboya. Las Cortes, depositarias de la
soberanía nacional en ausencia del monarca, decidieron someter a votación
la proclamación de una república. -
El reinado de Alfonso XII
Durante el reinado de Alfonso XII se pusieron en práctica los principios
fundamentales previstos por Cánovas y se sucedieron en el poder, de
modo pacífico, conservadores y liberales.
Cánovas ejerció el poder ininterrumpidamente hasta 1881. Esta etapa
se conoce como “dictadura de Cánovas”. Las primeras medidas del
gobierno conservador tendieron a consolidar la defensa del orden
social, la monarquía y la propiedad privada. -
El regreso de los Borbones al trono.
En 1875 se produjo la Restauración de la monarquía borbónica en la persona
de Alfonso XII, hijo de Isabel II, tras el pronunciamiento del general
Martínez Campos en Sagunto (Valencia, 29 de diciembre de 1874). El nuevo
monarca se adaptó al papel que Cánovas del Castillo había diseñado para él.En este sentido resultó decisiva la labor de Antonio Cánovas del Castillo. El 1 de diciembre
de 1874, con motivo del decimoséptimo cumpleaños del príncipe Alfonso, le hizo firmar el
Manifiesto de Sandhurst. -
La Constitución de 1876.
La Constitución de 1876 fue la norma jurídica
fundamental de todo periodo y la de mayor
longevidad hasta la actualidad. Permaneció
en vigor hasta 1931, aunque fue vulnerada y
suspendida en varias ocasiones.
Para su elaboración se reunió una Asamblea
de Notables2
. Cánovas se convirtió en el
verdadero árbitro, defendiendo un texto
flexible que diera cabida a todos los grupos
que aceptasen el Manifiesto de Sandhurst. -
La regencia de María Cristina.
En noviembre de 1885 se produjo la muerte de Alfonso XII. Inmediatamente se hizo cargo
de la regencia su segunda esposa, Mª Cristina de Habsburgo, embarazada de su tercer hijo.
El temor a una posible desestabilización del sistema político tras la muerte del rey impulsó
un acuerdo entre conservadores y liberales, el llamado Pacto del Pardo. Su finalidad era
dar apoyo a la regencia de Mª Cristina y garantizar la continuidad de la monarquía ante las
fuertes presiones de carlistas y republicanos. -
El nacionalismo catalán.
l nacionalismo catalán
Cataluña y los demás reinos de la Corona de Aragón habían perdido sus leyes y fueros
particulares con los Decretos de Nueva Planta, tras la guerra de Sucesión. Durante el siglo
XIX el sentimiento nacionalista se reavivó entre una burguesía que estaba protagonizando la
revolución industrial.
El regionalismo y el nacionalismo catalán se fueron construyendo en varias
etapas. El nacionalismo catalán se extendió esencialmente entre la burguesía y el campesinado. -
El reinado de Alfonso XIII
El desastre de 1898 mostró las deficiencias del
régimen de la Restauración, y dio lugar a un
reformismo político basado en ideas
regeneracionistas.
La mayoría de edad de Alfonso XIII (1902),
marcó el inicio de la segunda etapa de la
Restauración. Hasta 1923 España vive en una
permanente crisis política que afecta a los
fundamentos del sistema de la Restauración.
Las causas de esa inestabilidad fueron muy
diversas. -
La Semana Trágica de Barcelona
En julio de 1909, los miembros de algunas
cabilas próximas a Melilla atacaron a los
trabajadores españoles de una de las compañías
mineras.
El Gobierno de Maura decidió enviar al ejército y
aprovechar la ocasión para ensayar el plan de
movilización de reservistas5
. Ordenó la
incorporación de éstos en Madrid y Barcelona. En
ambas ciudades se produjeron fuertes protestas y manifestaciones protagonizadas por
mujeres y madres de los alistados. -
España en el contexto de la Primera Guerra Mundial
El estallido de la 1ª Guerra Mundial, en agosto de 1914, fue seguido de una declaración de
neutralidad del Gobierno español. La neutralidad proporcionó a España la posibilidad de
realizar magníficos negocios con los beligerantes. Muchas fueron las consecuencias
económicas. A partir de 1915 se produjo un auténtico boom económico:
Aumentaron las ventas de minerales, metales, cereales, tejidos… la balanza comercial
arrojó un enorme superávit. -
Las causas del golpe militar.
Hacia el año 1923, la situación política parecía haber llegado a un callejón sin salida: crisis
política, económica, social… Alfonso XIII cada vez más desencantado con el
parlamentarismo acogió con agrado (algunos incluso dicen que inspiró) el golpe de estado de
Primo de Rivera. La mayor parte de la prensa lo recibió de forma favorable, también la
Iglesia y la burguesía. Muchos críticos concluyeron que era la hora del “cirujano de hierro”
del que hablara Joaquín Costa en su obra.