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Retorno de los borbones
El general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII. De esta manera comenzó una nueva etapa política llamada la restauración. Fue un periodo de notable estabilidad política en España. El nuevo rey, partidario de la monarquía constitucional, nombro presidente del gobierno a Antonio Cánovas, artífice de la vuelta de los Borbones. Cánovas puso fin a la Guerra de Cuba, además de poner fin a la guerra carlista y creó un nuevo sistema político. -
Pilares de la restauración
La restauración se basó en una nueva constitución (1876) y la alternancia en el poder de los dos grandes partidos. La constitución de 1876 intentó ser conciliadora para satisfacer a los progresistas y a los demócratas. Incluyó una amplia relación de derechos y libertades, mientras que para satisfacer a los moderados proclamó la confesionalidad del estado y la soberanía compartida entre las cortes y el rey. El ejercicio del rey quedó en poder del partido conservador y el partido liberal. -
Turnismo
El ejercicio del poder quedó en manos del partido conservador y el partido liberal, que aceptaban la monarquía constitucional y que se turnaron en el gobierno de manera pacífica, lo que se conoce como turnismo.
Los conservadores, liderados por Cánovas, se proclamaban defensores de la iglesia y del orden social.
Los liberales, liberados por Sagasta, eran partidarios de importantes reformas sociales, en uno de sus gobiernos, se aceptó el sufragio universal masculino. -
Caciquismo
En los campos, los llamados caciques, forzaban a la población rural mediante amenazas o agresiones a votar al partido que convenia para la formación del gobierno. Esta práctica se conoce como caciquismo. En las ciudades, donde los caciques tenían menos poder, se amañaban los resultados si no eran los esperados, a esto se le llamaba pucherazo. Así se fabricaban resultados electorales que daban alternativamente la victoria a conservadores y a liberales. Este sistema proporcionó estabilidad. -
Anarquistas, Socialistas y Nacionalistas
El sistema, proporcionó estabilidad a la vida política española, pero el turno de partidos dejó fuera del gobierno a los anarquistas y socialistas, ambos liderados por pablo iglesias. Los nacionalistas catalanes, gallegos y vascos, todos ellos contrarios al estado centralizado.