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Impactante cambio de casa
Soy Luz Marina Sierra Bonilla, estudiante de Licenciatura en Pedagogía Infantil..
Cuando tenía 5 años mi padre consiguió una propia. Era una vivienda muy humilde sin servicios básicos Fue muy Impactante el cambio, pero al poco tiempo ya era muy feliz. Aprendí a sacarle provecho a los recursos que me ofrecía aquel lugar para jugar. Con el tiempo, mis padres mejoraron las condiciones de la vivienda, pero allí aprendí a ser muy feliz, inventando juegos nuevos de acuerdo a las condiciones del lugar. -
El fallecimiento de mi única abuelita, quien siempre vivió con nosotros.s.
Cuando tenía 15 años viví la pérdida de mi abuelita. Fue muy difícil; la extrañaba mucho porque no tuve abuelos, era sólo ella y había vivido siempre con nosotros. De ella aprendí muchas cosas, así que, fue difícil su partida. Yo lloraba constantemente, hasta que un día pensé que tenía que superarlo y, sin su presencia, volví a ser feliz. Acepté que esa es una ley de la vida que no podemos cambiar y que hay que salir de las situaciones difíciles; que no debía destruir mi vida. -
Vendiendo arepas con queso en la calle, a mis 17 años.
Tenía 17 años y estudiaba, pero la situación económica no era la mejor. Mis padres idearon poner un puesto de venta de arepas con queso para que lo atendiéramos mi papá, mi hermano mayor y yo. Fue terrible porque me daba mucha pena. Sin embargo, comencé a ayudarles porque sabía que nuestra situación mejoraría y seguí estudiando convencida de que si lo hacía, en el futuro no tendría que pasar tantos trabajos y hacer algo que no me gustara y con esfuerzo y persistencia lo he ido logrando. -
De vivir en la ciudad de Ibagué a vivir en un caserío de Belén de los Andaquíes, Caquetá.
No pude ir a la universidad. Así que, un día, por alguna razón viajé a conocer el lugar donde nací en el Caquetá. Allí tenía un tío al que le pedí, me ayudara a encontrar un empleo. El me dijo que había posibilidades de trabajar con la alcaldía como docente. La idea me asustaba mucho, pero me gustaba y lo acepté. Tenía algo de experiencia en la enseñanza porque en la iglesia trabajaba con niños. Hice mi mejor esfuerzo, pude sortear las dificultades y mis temores hasta el día de hoy. -
Enfrentando una depresión pos - parto.
Cuando nació mi segunda niña me dio depresión pos - parto. En esa situación debía atender a mis hijas, mi hogar y mi trabajo. Afortunadamente, mi esposo ha sido un gran apoyo en mi vida y Dios jamas me ha desamparado. Me formularon antidepresivos que no quise tomar. Fue la situación más dura de mi vida, pero me convencí de que eso no me iba a destruir y que tenía que salir de ese estado sin medicamentos por el bien de mi familia, mis estudiantes y el mío propio. Fui persistente y lo logré. -
Desprendiéndome de mis hijos por su propio bien.
Tengo 4 hijos de los cuáles hay tres en la universidad. Cuando cada uno cumplieron 15 o 16 años tuve que sacarlos de mi hogar para que tuvieran la oportunidad de ser profesionales. La mayor se trasladó a la capital y estudia Derecho. Los dos menores que ella estudian en Medellín por becas de "Ser Pilo Paga". Ha sido difícil no tenerlosnen el hogar, pero primero está la oportunidad de progreso para ellos. Me he vuelto resistente a tantas dificultades y he sido puesto en marcha mi creatividad. -
Preparándome para mi vejez
He trabajado e hice una licenciatura que no pude convalidar ´para ascender en el escalafón, así que inicié de nuevo con Licenciatura en Pedagogía Infantil con la Corporación Universitaria Iberoamericana. A mis 47 años con tres hijos en la universidad, pero con la bendición de tener a mi esposo y a Dios en mi vida he logrado capacitarme más y lograr buenas notas, pero requiere de esfuerzo, de trasnochar mucho, de persistencia, de tener una mente abierta a los cambios y de mucha actitud. -
Asegurando el futuro
Me quedan 7 años para pensionarme y mi proyección es terminar la universidad y ascender para adquirir una finca ganadera, suplir las necesidades propias y apoyar económicamente a mis cuatro hijos, cuando lo requieran, para construir su proyecto de vida. Esto requiere de ser persistente, de planear gastos, y de planear el manejo de la finca para que sea productiva, de preveer las dificultades que se me presentarán y de tener a la mano soluciones efectivas. -
Disfrutando de la vida, de la familia y sirviendo a Dios y a los demás.
He tratado de servirle a Dios y a los demás y me frustro porque el tiempo no es suficiente, pero tengo planeado pensionarme y con los ingresos de la finca poder vivir con más tiempo libre que pasaré con mis hijos y sus familias y dedicar otra parte a visitar a los enfermos y a los más necesitados, ayudarles con decisión y hablarles de la bendición tan grande de tener a Dios en su vida, poniendo en funcionamiento todas las competencias necesarias para la labor social.