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La peste (Albert Camus)

  • 12

    Presagio

    Presagio
    “La muerte del portero, puede decirse, marcó el fin de este período lleno de signos desconcertantes y el comienzo de otro, relativamente más difícil, en el que la sorpresa de los primeros tiempos se transformó poco a poco en pánico. Nuestros conciudadanos, ahora se daban cuenta(...)”
  • 14

    Descripción

    Descripción
    En fin, Tarrou parecía haber sido definitivamente seducido por el carácter comercial de la ciudad, cuyo aspecto, animación e incluso placeres aparentaban ser regidos por las necesidades del negocio. Esta singularidad (es el término empleado en los apuntes) tenía la aprobación de Tarrou y una de sus observaciones elogiosas llegaba a terminarse con la exclamación: "¡Al fin!" Estos son los únicos puntos en que las notas del viajero...
  • 14

    Un día más

    Un día más
    tarrou parecía además haber sido favorablemente impresionado por una escena que se desarrollaba con frecuencia en el balcón que quedaba en frente de su ventana. su cuarto daba a una pequeña calle trasversal donde había siempre gatos adormilados a la sombra de las tapias. pero todos los días, después del almuerzo, a la hora en que la ciudad entera estaba adormecida por el calor, un viejecito aparecía en un balcón, del otro lado de la calle.
  • 20

    Analogía

    Analogía
    “Cuando estalla una guerra las gentes se dicen: "Esto no puede durar, es demasiado estúpido." Y sin duda una guerra es evidentemente demasiado estúpida, pero eso no impide que dure. La estupidez insiste siempre, uno se daría cuenta de ello si uno no pensara siempre en sí mismo. Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo, eran humanidad: no creían en las plagas...
  • 20

    La peste

    La peste
    “La palabra "peste" acababa de ser pronunciada por primera vez. En este punto de la narración que deja a Bernard Rieux detrás de una ventana se permitirá al narrador que justifique la incertidumbre y la sorpresa del doctor puesto que, con pequeños matices, su reacción fue la misma que la de la mayor parte de nuestros conciudadanos.”
  • 21

    Exposición

    Exposición
    atenas apestada y abandonada por los pájaros, las ciudades chinas cuajadas de agonizantes silenciosos, los presidiarios de marsella apilando en los hoyos los cuerpos que caían, la construcción en provenza del gran muro que debía detener el viento furioso de la peste.
  • 22

    Calles

    Calles
    se dirigieron a la plaza de armas. cottard iba callado. las calles empezaban a llenarse de gente. el crepúsculo fugitivo de nuestro país retrocedía ya ante la noche y las primeras estrellas aparecían en el horizonte, todavía neto. unos segundos más tarde, las luces de las calles en lo alto oscurecieron todo el cielo al encenderse, y el ruido de las conversaciones pareció subir de tono.
  • 27

    Instrucciones

    Instrucciones
    El cartel anunciaba después medidas de conjunto, entre ellas una desratización científica por inyección de gases tóxicos en las alcantarillas y una vigilancia estrecha de los alimentos en contacto con el agua. Recomendaba a los habitantes la limpieza más extremada e invitaba, en fin...
  • 38

    Metáfora

    Metáfora
    “En medio del exilio general, estos eran lo más exiliados, pues si el tiempo suscitaba en ellos, como en todos los demás, la angustia que es la propia, sufrían también la presión del espacio y se estrellaban continuamente contra las paredes que aislaban aquel refugio apestado de su patria perdida...
  • 38

    Sometimiento

    Sometimiento
    Cada uno tuvo que aceptar el vivir al día, solo bajo el cielo. Este abandono general que podía a la larga templar los caracteres, empezó, sin embargo, por volverlos fútiles. Algunos, por ejemplo, se sentían sometidos a una nueva esclavitud que les sujetaba a las veleidades del sol y de la lluvia; se hubiera dicho, al verles, que recibían por primera vez la impresión del tiempo que hacía...
  • 39

    Formas de lenguaje

    Formas de lenguaje
    en vista de que los otros no comprendían el verdadero lenguaje del corazón, se decidían a emplear también la lengua que estaba en boga y a hablar ellos también al modo convencional de la simple relación, de los hechos diversos, de la crónica cotidiana, en cierto modo. en ese molde, los dolores más verdaderos tomaban la costumbre de traducirse en las fórmulas triviales de la conversación
  • 46

    Cruda realidad

    Cruda realidad
    y él, levantando las sábanas y la camisa, había contemplado las manchas rojas en el vientre y los muslos, la hinchazón de los ganglios. la madre miró por entre las piernas de su hija y dio un grito sin poderse contener. todas las tardes había madres que gritaban así, con un aire enajenado, ante los vientres que se mostraban con todos los signos mortales, todas las tardes había brazos que se agarraban a los de rieux, palabras inútiles, promesas...