Dianela García Bio como Hija

  • Infancia

    Creo que durante los primeros años de vida , quien estuvo más presente en la crianza fue mi madre, debido a que ella se centró en mis cuidados mientras que mi padre estuvo un poco más desajenado en la crianza. La mayor parte del tiempo fue positiva y la atención se centró en mí al ser la primera hija.
  • Nacimiento de mi hermano

    En el 94 nació mi hermano menor, por lo tanto la atención de mi madre fue compartida. Ella cuenta que esto no me afectó negativamente ya que desde antes del nacimiento me enseñaron a amar y a respetar a la familia, así como a compartir con mi nuevo hermano.
  • Crianza en comunidad

    Desde muy pequeña aprendí que no solo mi madre se ocupaba de mí, también mis tías maternas han sido parte de esta crianza, hasta el día de hoy las sigo considerando como mis madres diversas, de las cuales aprendí mucho. Podría decir que crecí con estilos muy diferentes de crianza y que de todos estos estilos lo que siempre resalta era el valor y el respeto por la familia.
  • Abuelas y abuelo fundamentales en mi crianza

    Mi abuela materna también fue parte activa en mi proceso de crianza, si bien su estilo era a la "antigua", ella también se supo entender que se puede mejorar en cuanto a una educación con límites pero fundamentados en el amor y bienestar de las personas. De mi abuela y abuelo paternos recibí una educación muy abierta, si bien no estuvieron involucrados tanto tiempo, si me dejaron muchas enseñanzas sobre la naturaleza y el campo.
  • Padre involucrado

    Cuando mi padre decidió intervenir en mi crianza, fue un poco tarde, ya que los primeros años no disfrutó tanto de mi crecimiento. Sin embargo, él dedicó más tiempo a mí y a mi hermano a partir de ese momento. Nos enseñó muchas cosas como el amor y el respeto hacia la naturaleza, juegos divertidos en casa y a trabajar para ser independientes.
  • Frustración y dolor

    A pesar de tener una crianza positiva la mayor parte del tiempo, si tuvimos episodios de violencia, no solo física como las nalgadas, si no que también psicológica, lamentablemente hubo un momento en el cual mis padres tuvieron problemas y tanto yo como mi hermano nos vimos afectados por estos problemas que trajeron frustración y dolor a la familia.
  • Adolescencia amarga

    Muchas de las situaciones que cargué en la adolescencia tuvieron que ver con los problemas familiares, al ser la hija mayor se me dio un rol que no me correspondía dentro de la familia. Fue muy difícil pasara por esto sola, ya que mi madre y mi padre no sabían como acercarse a mí, hasta que en un momento muy crítico intervinieron y con sus propias herramientas personales pudieron guiarme.
  • ¿Rebelde?

    A pesar de la paciencia con la cual mi madre y mi padre se acercaban a mí, aún no nos dábamos cuenta de que necesitaba ayuda profesional. Esto me llevó a conductas de riesgo durante parte de mi adolescencia, lo cual se pudo interpretar como rebeldía, sin embargo, tuve momentos en los cuales mi familia estuvo presente para ser mi guía y enseñarme el camino.
  • Terapia y amor

    De manera afortunada comencé a ir a terapia en la adolescencia y parte de mi vida adulta, esto me enseñó a ver con otros ojos lo que mi familia ha sido y es para mi vida. Comprendí muchas de las acciones de mi madre y mi padre hacia conmigo. Me identifiqué más con su vida y sus historias, con cómo también hicieron lo que pudieron con respecto a la crianza. Al final pude generar lazos afectivos más concretos y saludables.
  • Hija adulta

    Ahora como adulta miro la manera en cómo mi madre y mi padre trataron de establecer límites con amor hacia mi persona, si bien muchas veces fueron muy autoritarios, esto surgió por la idea de protegerme de mí misma o de otras personas por mis estados vulnerables, creo que al final el ir a terapia y también el poder relacionarme con ellxs de manera diferente dio pie a establecer límites de manera segura, flexible y de confianza. Hoy en día tengo una relación muy buena con mi madre y mi padre.