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Primera conferencia global enfocada en cuestiones ambientales. Estableció el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Reconoció la conexión entre desarrollo económico y protección ambiental.
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Popularizó el concepto de “desarrollo sostenible”. El informe sentó las bases para futuras cumbres climáticas al identificar los límites del crecimiento económico sin sostenibilidad ambiental.
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Dio lugar a tres acuerdos clave: la Agenda 21, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la Convención sobre la Diversidad Biológica. Reafirmó la necesidad de integrar políticas de desarrollo sostenible en los planes nacionales.
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Primer acuerdo vinculante para reducir emisiones de gases de efecto invernadero. Los países industrializados asumieron metas específicas para combatir el cambio climático.
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Revisó los avances desde Río 1992. Estableció asociaciones público-privadas y objetivos para agua potable, saneamiento y energía sostenible.
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Aunque no se alcanzó un acuerdo vinculante, se reconoció la necesidad de limitar el calentamiento global a 2 °C. Introdujo compromisos voluntarios de reducción de emisiones.
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Primer acuerdo global vinculante sobre el cambio climático. Los países se comprometieron a limitar el aumento de la temperatura global a 1.5-2 °C por encima de los niveles preindustriales y a presentar planes de acción climática periódicos.
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Refuerza los compromisos climáticos previos. Se actualizan las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) y se acuerda reducir el uso de carbón y frenar las emisiones de metano.
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Se adopta el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal. Destaca la meta de proteger al menos el 30 % de las tierras y océanos para 2030, conocida como “30x30”.
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Evaluación del progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en su punto medio (2015-2030). Destacó la urgencia de acciones climáticas y justicia social.