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Biografización de Luz Rodriguez, Descubiéndome

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    Biografización de Luz Rodriguez, Descubiéndome

    Esta, es mi línea de tiempo. En este proceso de formación y de reflexión sobre mi práctica docente, intento ir descubriendo episodios significativos, sucesos relevantes, que configuraron mi identidad educadora. En esta búsqueda de identidad, la historicidad cobra un valor muy significativo pues constituyen las bases emocionales que me configuran y dan sentido a cada una de las decisiones que tomo en el aula al momento de enseñar. En esta dinámica, intentaré descubrirme como docente.
  • Cambio de planes

    Cambio de planes
    Cuando yo nací mis padres tuvieron que viajar a España y con 21 días llegué en brazos de mi abuela materna Alexandrina a mi nuevo hogar. Ellos, mis abuelos pasaron a ser mis padres desde ese momento, porque luego perdería contacto definitivamente con mis padres, mi familia se amplió a un mundo de juegos y risas con tías y primas que hicieron de ese tiempo duro un mundo de alegría y felicidad.
  • Terremoto 77

    Terremoto 77
    El 23 de noviembre de 1977 se produjo un terremoto en San Juan. Esa mañana muy temprano, nos levantamos con mi abuela y estabamos desayunando para ir a la escuela, cuando comenzó a temblar. La casa toda se movía y parecía un acordeón, mi abuela me tomó de la mano y corrimos hasta el patio, ahí nos encontró mi abuelo y nos abrazamos fuerte. Mi abuela rezaba en voz alta, mi abuelo intentaba cubrirnos con todo su cuerpo y yo miraba asombrada el vaiven. Ese día se terminaron las clases!!
  • Un largo verano

    Un largo verano
    Por el terremoto se suspendieron las clases. Mi abuela me leía antes de acostarnos porque era lo único que me tranquilizaba en las noches. Con mis amigos y primos nos aburríamos en las largas siestas. Entonces comencé a leerles yo libros a ellos y a dramatizar que era su maestra. Jugabamos todo el día, preparábamos coros, hacíamos experimentos con las plantas del jardín, el paso de la bandera, y hasta les tomaba la lectura. Pasamos el verano sin miedos a los temblores mientras jugábamos.
  • Mi carrera docente

    1992, fue un año muy significativo. En octubre me recibí de Periodista en la UNSJ y en noviembre de Docente en la Escuela Normal Sarmiento. Comencé a trabajar como periodista en un canal de televisión local ese mismo año, pero no me gustaba. Por eso había comenzado a estudiar magisterio, porque disfrutaba estar con niños y poder enseñarles a leer.
  • Mis hijas

    Mis hijas
    Cuando nacieron mis hijas, volví a reencontrarme con la niña interior y como en un juego comencé a descubrir con ellas la magia de aprender. Yo a ser mamá y ellas a crecer. Con sus etapas de crecimiento podía comprender la evolución del pensamiento que había estudiado de Piaget, comprendí el aprendizaje social de Vigotsky y el andamiaje de Emilia Ferreiro.
  • Formarme y desafiarme

    Comence a formarme, estudié Ciencias de la Educación y recibí en mi aula estudiantes con discapacidad. Un desafío que se convirtió en pasión. Comprendí como dice Perkins que todos podemos aprender, no importa la edad o la condición, sólo importa que se produzca un encuentro con otro y de esa interacción significativa se produzcan cambios. Y se produjeron cambios sociales profundos, específicamente en mí, y en toda la comunidad de la escuela, de aceptar, acompañar y aprender con todos los niños.
  • Posicionamiento ético

    Posicionamiento ético
    Accedí por concurso al cargo de Directora de la Esc. Mary O. Graham y comencé a cursar la Lic. en Gestión de las IE. Allí realizamos un convenio con la Universidad de Winona EEUU "El retorno de los maestros norteamericanos" en alusión a D. Sarmiento y vinieron docentes de ese país. Un grupo no pudo realizar sus prácticas en el tiempo estipulado y aunque se los avalábamos igual, ellos estaban muy angustiados y pidieron encontrar el modo para realizalas ya que habían asumido el compromiso ético.
  • Trabajo en equipo

    Gané una Beca de la Universidad de San Andrés, de perfeccionamiento en liderazgo e implementación del Proyecto de mejora, lo que me permitió interpelar mis prácticas y desafiar a todo el equipo a un proceso propedéutico de inclusión y excelencia. Aprendimos a reconocernos y valorarnos. Desarrollamos estrategias de trabajo en equipo y participación, confrontando nuestras debilidades y asumiendo la necesidad de cambiarlas en pos de la mejora educativa de nuestros estudiantes y comunidad.
  • Repensar, hacer una pausa

    Comencé a trabajar en el PNFD, y con en ese espacio trabajar con el debate de ideas, retroalimentación, posicionamientos ético político de las prácticas en equipos interdisciplinarios que me interpelaron en primera persona. Comencé a mirar desde otro lugar, poniéndome en la piel de los otros, descubrí la necesidad de aprender de situaciones, de experiencias vividas, de escuchar, y también del valor de mi propia palabra, de mis experiencias buenas o erradas, todo es parte del mismo aprendizaje.
  • Mirarme en un espejo

    Asumí como Supervisora y con él un nuevo desafío, el de mirarme en otros para ayudarlos. Tal vez desde la ausencia de una guía que acompañe, de la rigidez de la autoridad mal entendida. Necesité mirarme en el espejo, como en la práctica de clásico en la que miras los movimientos de tu mentor e intentas sostenerte en tus propias puntas. Hasta que un día, luego de mucho esfuerzo, constancia y trabajo sientes el ímpetu de hacer un giro en relevè, o un Jetè en el aire buscando tu propia creación.
  • Un sempiterno

    Luego de ser estudiante, profesora, directora,y desempeñarme en todos los niveles del sistema educativo, sigo en una búsqueda incesante. Porque cada vez que me propongo enseñar, siento que soy yo la que está aprendiendo. Por lo que comprendo que el aprendizaje es democrático y participativo, debe inspirar a plantear una autoregulación y el desafío de la excelencia será parte de la convicción ética de estar dando lo mejor de mí, sea cual fuere mi función en ese momento, estudiante o profesor.