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Infancia de los 5 a los 10 años
Durante esta etapa, recuerdo pocas cosas, cuando estuve en preescolar, algunas niñas me llegaron a lastimar, mis papás siempre estuvieron ahí para mi, me querían y apapachaban mucho, mi papá me consentía mucho pero también me exigía en cosas de la escuela y de apoyar en casa con los deberes. Recuerdo que era estricto y cariñoso a la vez. -
Infancia y pubertad de 10 a 15 años
Durante esa etapa recuerdo que en la escuela no me llevaba muy bien con todos mis compañeros, yo era bastante robusta y muchos de ellos me hacían burla por eso, solía tener pocas amigas y nos apartábamos de los grupos grandes porque no nos juntaban, en la escuela hacía mis deberes pero nunca me sobre exigía, disfrutaba estar con mis amigas, mis papás se volvieron más estrictos en cuanto a disciplina y a deberes de la casa y la escuela, mi madre siempre fue muy sobreprotectora y exigía demasiado -
Inicios en la vida laboral 20 a 25 años
Cuando terminé mi carrera, comencé a trabajar como docente en una escuela preparatoria, ahí me di cuenta de cómo habían cambiado los tiempos de cuando yo había estado en su lugar, tuve que enfrentarme a problemáticas muy distintas a las que yo había enfrentado y hasta cierto punto sí batallé un poco, me di cuenta de que los límites y la disciplina se había perdido y de que las cosas que habían funcionado en mi, con esos jóvenes no servirían, así que tuve que echar mano de nuevas estrategias -
De la adolescencia a la juventud 15 a 20 años
Para esta época, era mucho más independiente, sabía lo que tenía que hacer y mis límites y responsabilidades estaban muy bien establecidas, había vivido cosas que me harían ser más consciente y despierta también, a pesar de que seguía haciendo cosas de un joven normal, las reglas y valores que me habían inculcado mis padres las tenía presentes y trataba de ser lo más responsable que se pudiera, casi acababa de entrar a la universidad y me gustaba mi carrera, así que intentaba dar lo mejor de mi -
De docente a mil usos
Una vez que dejé de trabajar con adolescentes, me dediqué a trabajar en atención al público, personas con adicciones, mineros, mujeres violentadas y en cada etapa aprendía cada vez más, cosas diferentes, cosas interesantes, en el camino he madurado, me he vuelto más sensible y empática y me ha ayudado a mejorarme a mi misma, a trabajar muchas cosas que tenía pendientes y que ahora me sirven p/ seguir mejorándome para ayudar a aquellos que lo necesiten, mis valores y principios siguen intactos.