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Comienza la Guerra de Independencia Española contra la ocupación napoleónica.
La Guerra de Independencia Española se desencadenó en 1808 contra la ocupación napoleónica. Iniciada por el levantamiento del 2 de mayo en Madrid, pronto se extendió por toda España. Fue una resistencia popular que incluyó batallas significativas como la de Bailén y el uso de tácticas de guerrilla. La Junta Suprema Central coordinó la lucha. La guerra marcó el rechazo español a la dominación extranjera y sentó las bases para cambios políticos futuros. -
Batalla de Bailén
La Batalla de Bailén, fue un enfrentamiento decisivo durante la Guerra de Independencia Española. Las fuerzas españolas, dirigidas por el General Castaños, derrotaron a las tropas francesas comandadas por el General Dupont. Esta victoria representó el primer gran revés para Napoleón en Europa y fortaleció la moral de los españoles en su lucha por la independencia. La Batalla de Bailén también demostró la capacidad de resistencia del pueblo español contra la invasión francesa. -
La Junta Suprema Central
La Junta Suprema Central fue un órgano de gobierno establecido en septiembre de 1808 durante la Guerra de Independencia Española. Estaba compuesta por representantes de las distintas regiones españolas y tenía su sede en Aranjuez. Aunque tuvo dificultades para ejercer autoridad efectiva sobre todas las regiones, la Junta Suprema Central desempeñó un papel importante en la resistencia española durante la guerra. -
Segundo sitio de Zaragoza
El Segundo Sitio de Zaragoza (diciembre 1808 - febrero 1809) fue un enfrentamiento en la Guerra de Independencia Española. Las fuerzas francesas, lideradas por Lefebvre-Desnouettes, sitiaron la ciudad contra la resistencia española liderada por Palafox. A pesar de la feroz defensa, Zaragoza cayó ante los franceses, pero la resistencia demostró el coraje del pueblo español. -
El inicio de la Guerra de Guerrillas
La Guerra de Guerrillas comenzó en 1808 durante la Guerra de Independencia Española contra las fuerzas francesas. Se caracterizó por tácticas de guerra irregular como emboscadas y ataques sorpresa, aprovechando el terreno y el apoyo local. La resistencia española logró hostigar y desgastar a los franceses, siendo crucial para la expulsión de las tropas invasoras. -
El papel de los guerrilleros
Los guerrilleros jugaron un papel vital en la Guerra de Independencia Española, usando tácticas de emboscadas y sabotajes contra las tropas francesas. Líderes como Espoz y Mina y El Empecinado destacaron por su valentía y estrategia. Su resistencia debilitó a los franceses y contribuyó a la expulsión de España. -
La Constitución de Cádiz de 1812
La Constitución de Cádiz de 1812, promulgada durante la Guerra de Independencia Española, estableció una monarquía constitucional y representativa. Garantizaba derechos fundamentales y limitaba el poder del monarca, reflejando ideas ilustradas y aspiraciones sociales. Aunque su aplicación fue breve debido al regreso del absolutismo, su legado perduró como referente constitucional en España y en otros países de habla hispana. -
La retirada de las tropas francesas
La retirada de las tropas francesas de España comenzó en 1813. Después de sufrir varias derrotas y enfrentarse a la creciente resistencia española, Napoleón ordenó la retirada de sus fuerzas. Esta retirada fue un proceso gradual que culminó con la salida de las tropas francesas de territorio español. La retirada marcó el fin de la ocupación napoleónica en España y fue un paso crucial hacia la restauración de la soberanía española. -
Batalla de Vitoria
La Batalla de Vitoria, el 21 de junio de 1813, fue un punto crucial durante la Guerra de Independencia Española. En esta batalla, las fuerzas aliadas anglo-españolas, lideradas por el Duque de Wellington, derrotaron al ejército francés de José Bonaparte. Esta victoria significó la expulsión definitiva de las tropas francesas de España. La Batalla de Vitoria fue un golpe decisivo para Napoleón en la Península Ibérica y un hito importante en la guerra contra la ocupación napoleónica. -
El regreso de Fernando VII
El regreso de Fernando VII a España en 1814 marcó el fin de la ocupación napoleónica y la restauración del absolutismo monárquico. Aunque inicialmente recibido con esperanza, su reinado estuvo marcado por la represión y el autoritarismo, generando tensiones políticas y sociales.