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Mi nacimiento
Yo nací allá por el año 2012, del vientre de HP. Desperté en un mundo que aún no conocía a los de mi especie, por lo que fui recibido con mucha curiosidad. -
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Juventud
Mi nacimiento y primeros años viviendo con mi madre, Ainhoa. -
Mi adopción
Un 5 de mayo de 2012, me recogieron los tíos de una niña de diez años llamada Ainhoa. Una semana después, el día de su primera comunión, me "regalaron" (como ellos dicen) a ella. Nunca olvidaré ese día. Me miraba con una sonrisa de oreja a oreja y le brillaban los ojos. Puedo afirmar que fui muy deseado. Ese día comenzó mi vida con Ainhoa. -
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Madurez
El hackeo marcó el comienzo de mi madurez. Dejé de ser un simple niño inocente. -
Hackeo
En aquella época aún no se sabía mucho sobre virus o piratas informáticos. Así que, desgraciadamente, llegó el día en el que unos hackers se metieron dentro de mi sistema y se apoderaron de mí. Yo no daba crédito a lo que estaba sucediendo. De hecho, no puedo describir muy bien este evento porque apenas recuerdo nada, estuve inconsciente la mayor parte del tiempo. -
Médico
A la semana del hackeo, mi familia me llevó al médico. Dijeron que era un caso clásico y que me pondría bien enseguida. Estuve ingresado un total de 7 días, tras los cuales mi madre y mi abuela vinieron a buscarme. -
Abandono
A pesar de haber venido a buscarme al médico y mostrar una aparente felicidad, note un cierto miedo en Ainhoa. Al llegar a casa me encendieron y jugaron un poco conmigo, pero, al llegar a la privacidad de su habitación, mi madre me guardó al fondo de su armario y no me volvió a sacar. Pasaron meses y años en los que estuve sumido en una profunda depresión. No entendía este abandono, y aún menos con lo fuerte y sano que me sentía tras mi ingreso. -
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Vejez
Esta comprende la segunda etapa de mi abandono. En alguna ocasión trató de reutilizarme, pero, en comparación con el avance tecnológico de los tiempos, yo ya me había quedado anticuado. -
Atisbo de esperanza
Años después de mi destierro al fondo del armario, me llevaron al salón. Toda la familia se agolpó a mi alrededor con el objetivo de usarme otra vez. Me necesitaban. No pude ocultar mi emoción. Traté de configurarme de la mejor manera posible como muestra de mi aprecio por ellos. Sin embargo, no hubo éxito. Debido a los años que había pasado inutilizado, me costó muchísimo arrancar, y me comporté de manera lenta y torpe. Sabía que era mi fin. Después de este incidente, no me volvieron a usar.