Mi objeto personal

  • Mi nacimiento

    Mi nacimiento
    Yo nací el 5 de abril de 2002, el mismo día que nació mi dueña. Me llevó hacia ella su abuela, y desde entonces no nos hemos separado.
  • Primera navidad juntos

    Primera navidad juntos
    Esa Navidad fue especial, aún eras muy pequeña, pero recuerdo que me abrazaste mientras abrías tus regalos. Me sentía afortunado de estar contigo en tu primera celebración navideña.
  • Primera vez en el preescolar

    Primera vez en el preescolar
    Cuando empezaste el preescolar, me llevaste contigo en tu mochila. A veces me quedaba ahí, esperando a que me abrazaras cuando te sintieras un poco nerviosa. Aunque pronto hiciste amigos, siempre me guardabas un sitio especial.
  • Una pequeña reparación

    Una pequeña reparación
    Después de tanto tiempo de juegos, un ojo de botón se aflojó, pero tu ama me lo cosió con mucho cariño. ¡Salí como nuevo! .
  • La primera vez que te quedaste a dormir en casa de tu mejor amiga

    La primera vez que te quedaste a dormir en casa de tu mejor amiga
    Fue la primera vez que te separaste de mí por una noche. Al principio me preocupé, pero cuando volviste al día siguiente y me abrazaste, me di cuenta de que seguía siendo importante para ti, aunque te estuvieras haciendo mayor.
  • Tu primer día en la escuela secundaria

    Tu primer día en la escuela secundaria
    Ese día me dejaste en casa, pero antes de salir me diste una última mirada, como si supieras que no me llevarías contigo esta vez. No te preocupes, me quedé esperando y siempre estuve listo para recibir tus abrazos.
  • Period: to

    La adolescencia

    Durante estos años empecé a notar cómo las cosas cambiaban. Ya no me llevabas contigo a todas partes como antes. Me dejabas en casa más a menudo, en una esquina del cuarto o sobre la cama. Pero sabía que seguías confiando en mí cuando las cosas se complicaban. Había días en los que me abrazabas en silencio cuando necesitabas un amigo silencioso que no juzgara.
  • Aún estoy contigo

    Aún estoy contigo
    Ahora estoy en tu cama, siempre me pones ahí, y yo siempre recuerdo todos los años maravillosos y todos los que nos quedan por vivir juntos. Ya no soy tan suave como antes, pero sigo siendo tu fiel compañero.

    ¿Eres de esos adultos que duermen con peluche? Nada de vergüenza, la psicología te respalda