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Primer intento de ingreso al preescolar
En un primer momento mis padres trataron de inscribirme en un preescolar federal de la comunidad en donde vivo. No obstante, desde pequeña no he disfrutado de los espacios concurridos, y en ese kinder la matrícula era muy alta. Por lo que no había butacas ni materiales suficientes para todos. Sólo fui tres días a esa escuela, días en los que lloraba de regreso a casa porque no me gustaba el ambiente del aula y además, extrañaba a mi familia. -
Segundo intento de ingreso a preescolar
Dada mi negatividad por el kinder federal, mis padres decidieron enviarme al preescolar CONAFE. En ese lugar había pocos alumnos, por lo que pude relacionarme con facilidad. Me sentí cómoda y comenzó a entusiasmarme la idea de acudir a la escuela.
Cabe destacar que la institución carecía de una buena infraestructura e incluso, los docentes permutaban de lugar de trabajo con frecuencia. -
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Preescolar
En mi caso, acudí únicamente dos años al preescolar. Desde esa edad fui una alumna responsable y puntual.
Por otra parte, disfrutaba mucho de jugar con mis compañeros y de las clases del docente. Recuerdo que nuestro profesor utilizaba canciones y actividades lúdicas para motivarnos a participar y mantenernos interesados.
Considero que en esa etapa me agradó el proceso de conocer nuevas personas, de trabajar en conjunto y de aprender jugando. -
Egreso del preescolar
Al comprender que ya no acudiría al preescolar me emocioné, porque todos mis compañeros continuarían estudiando en la misma primaria que yo.
Al egresar yo era capaz de leer, con ello me refiero a que podía enunciar con una fluidez aceptable los textos que percibía en algún medio. Además, comenzó a gustarme la asignatura de matemáticas.
Por otra parte, al finalizar esa etapa me había convertido en una niña que nunca quería faltar a clases y que disfrutaba de mantener todo en orden. -
Ingreso a la escuela primaria
Fui inscrita a la escuela primaria 20 de noviembre, perteneciente a una comunidad aledaña a donde vivo.
El primer año fue espantoso, mi profesor titular era bastante incompetente a tal grado de que olvidé como leer y mi escritura se tornó bastante deficiente. Lo anterior, provocó que mi madre me tuviese que dedicar mucho más tiempo en casa, gracias a ello logré mejorar mi competencia lectora y escritora.
A pesar de que el profesor me desagradaba sí que me gustaba convivir con mis compañeros. -
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Educación primaria
La primaria fue la etapa en la que consolidé mi mejor relación amistosa. En donde tuve el placer de tener grandes docentes y en donde mi carácter se vio caracterizado, principalmente, por dos valores, responsabilidad y honestidad.
Creo que el único suceso que me hizo sentir mal durante mi estancia en la escuela, fue una vez en donde nuestra profesora calificó mal nuestras pruebas y resultó que había reprobado todas las asignatura. Suceso que por supuesto, era un grave error. -
Quinto grado
Conocí a una docente que continúo considerando como una de las mejores profesoras que me han instruido.
Ella era de las pocas que trataba de llevar a cabo las clases de artes. En clase pinté, dibujé y elabore un sin fin de manualidades.
El cuarto año de primaria es uno de los que recuerdo con más alegría. No obstante, una de mis primas se inscribió a la misma escuela y terminé conviviendo con ella en mi salón de clase, suceso que resultaba muy incómodo. -
Sexto grado
Fui la abanderada de la escolta de la escuela. Hecho que me dio gran alegría, aunque al mismo tiempo me daba un poco de pena marchar frente a toda la comunidad escolar. Sin embargo, después entendí que era un acto importante. -
Primer grado
Nuevamente, el profesor titular no parecía estar preparado. Me sentía muy frustrada porque creía que no estaba aprendiendo nada.
Por otro lado, aunque mis padres decían que no debía sentirme presionada porque mi padre era el director sí que lo estaba. Creía que tenía que ser lo más responsable que pudiese y que todo tenía que salirme bien. -
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Educación secundaria
Considero que la formación que recibí influyó mucho en mi forma de ser actual. El director de la escuela, quien también es mi padre, era un docente muy estricto pero que al mismo tiempo se mostraba accesible a los alumnos y resto de profesores.
En esa etapa también nació mi goce por la lectura de diferentes textos, pero en especial, por la literatura.
Respecto a lo emocional, sucedieron muchas cosas que terminaron por volverme una persona muy reservada y seria, aunque amable. -
Segundo grado
Tuve la oportunidad de participar en concursos de lectura y escritura, en los que resulté ser la ganadora. Además, fui seleccionada para acudir a dar asesoría en matemáticas a otros alumnos de otra Telesecundaria.
Esos fueron sucesos que me ayudaron a mejorar mi capacidad de socializar, puesto que conviví con nuevas personas. -
Tercer grado
La profesora de segundo grado fue genial pero se cambió de centro de trabo y mi padre tuvo que atender a mi grupo.
Fue un año sumamente estresante para mí, aunque reconozco que aprendí mucho, es un buen maestro.
Por otro lado, también fui seleccionada para ser la abanderada de la institución ya que era quien mejor promedio tenía. -
Primer semestre
Ingresé a la modalidad de CECyTEH (Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo) ya que aún no estaba lista para dejar mi hogar. Tuve que conocer a muchas personas, al principio fue muy incómodo porque no me gustaba hablar con desconocidos a menos que ellos iniciaran la plática. No obstante, mis compañeros se mostraron muy amigables y fueron generándome confianza. -
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Educación media superior (preparatoria)
En la preparatoria mi forma de ser se transformó, dejé de ser una estudiante tímida y callada para ser alguien parlanchina, participativa e incluso, socializaba mejor.
Por otra parte, fue en la preparatoria cuando más perfeccionista me volví, sé que ello no es del todo bueno ni malo. Pero en la preparatoria me causó mucho estrés, pese a que siempre mantuve un buen desempeño académico. -
Tercer semestre
Fui seleccionada y decidí acudir al concurso de biología y matemáticas. A ese último sólo quise ir porque ingenuamente pensé que iba a tomar asesorías con mi maestra favorita, no obstante me sentí desilucionada cuando no fue así y ya no me esforcé. -
Quinto semestre
Fui elegida para ser la abanderada de la institución. Nuevamente, era quien mejor promedio tenía. Lo anterior me produjo satisfacción y alegría, ya que era consciente de que la matrícula, en comparación con la de la Telesecundaria, era mucho mayor. -
Cuarto semestre
Comencé a ser más crítica con la educación que recibía, no me sentía satisfecha con el desempeño de algunos profesores pero eso no fue una excusa. Dos de mis amigos y yo investigábamos los temas y al día siguiente nos explicábamos entre nosotros para después (en mi caso), explicárselo al resto. -
Sexto semestre
Fue un semestre en el que gracias a las malas experiencias con un docente reconocí quienes sí eran mis amigos.
Con ese docente me sentí muy enfadada e incluso indignada. Él me hizo desear salir de la preparatoria, pero cuando evidencié su conducta me sentí contenta.
Me gradué en julio, tuve la fortuna de no estar sentada con mis compañeros de clases y se demostró que siempre mantuve un excelente promedio. Además, fui aceptada en las universidades en que apliqué examen.
