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Inicie el kinder
Inicie el kinder a los 4 años, solo fui a segundo y tercero. Me gustaba mucho ir a la escuela y creo que era buena, claro, lo bueno que puede ser un niño en el kinder, pero me molestaban mucho mis compañeras, la estructura de la escuela no estaba mal, pero tampoco recuerdo mucho :c -
Inicie la primaria, por primera vez
El kínder terminó y con eso aparecieron mis problemas para cerrar ciclos, caí en depresión por primera vez en mi vida y no quería ir a la primaria, fue bastante difícil, entré a un colegio que era demasiado estricto, con metodologías bastante anticuadas, me daban mucho miedo mis profesoras, no tenía amigas. Me sentía demasiado mal para solo tener seis añitos. Después de llorar mucho, mis papás decidieron sacarme ese año de la escuela. -
Inicie la primaria, por segunda vez
Toda nuestra vida dio un giro de 180° grados cuando nació mi hermano, nos mudamos a CDMX y comencé de nuevo la escuela primaria. El ambiente era mucho más relajado que en la escuela anterior y realmente era una buena estudiante, disfrutaba mucho estudiar. Aunque los maestros fueron algo tradicionales, las exigencias de los roles de género comenzaron a notarse entre quinto y sexto de primaria. De cualquier forma, no me desanime, sabía que me gustaba aprender aunque hubiera actitudes autoritarias. -
¡Terminé la primaria!
Cuando terminé la primaria estaba feliz, sin embargo, la depresión por terminar un ciclo más de mi vida volvió. Aún así, tuve el mejor promedio de mi generación. -
La secundaria... el horror.
La secundaria fue muy extraña. Por un lado me gustaba aprender y ya lo sabía, pero las exigencias volvieron, el autoritarismo me ahogaba y decidí dejar de esforzarme y poner atención a las clases. Pensaba que no valía la pena porque las actitudes violentas de mis profesorxs eran algo que me enojaba mucho y prefería gastar mi energía en "ser rebelde" y no en estudiar. A pesar de ello, en el tercer año estaba muy preocupada por conseguir entrar a un bachillerato de la UNAM. -
Comencé la prepa
El final de la secundaria y el inicio de la prepa fueron bastante complicados, una vez más me deprimí y además lidiaba con el miedo que me causaba notar que mi orientación sexual no era la esperada de acuerdo a mi género. Los maestros en la prepa generalmente eran agradables, ya no había tanto autoritarismo y la libertad se notaba. Eso me hizo interesarme más por aprender cosas nuevas, acercarme a las ciencias sociales y a las humanidades. Me salvaron la vida muchas veces. -
Universidad
Salté a la universidad con el corazón bien rotito por primera vez, pero me encantó llegar a ese lugar. Definitivamente la apertura y el amor por su trabajo que mostraban mis profesores me hizo descubrir un mundo intelectual al cual no había tenido nunca acceso, la ausencia de autoritarismo y la notable horizontalidad con que se manejaba mi facultad me enseñaron que aprender y enseñar de forma más humanas y amorosas es definitivamente posible.