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El corsé
A principios de este siglo, la figura del “reloj de arena” era el patrón de belleza más fuerte y constante. El cuerpo de la mujer era moldeado por siluetas opresoras que creaban la ilusión de volúmenes inferiores y superiores, a niveles no saludables. -
Ropa Interior
Los cambios empezaron a surgir a partir del siglo XIX, pero se prolongaron al siglo XX hasta llegar a lo que conocemos como ropa interior hoy en día. Uno de los principales cambios es el desuso de los miriñaques o polisones para pasar a usar un camisón, calzones bombachos y el corsé con liguero para sujetar las medias, encima podían llevar una enagua o un cubrecorsé. A diferencia de otras épocas para estos tiempos la cantidad de prendas ya no distinguían entre clases sociales. -
Sombreros
A partir de 1907 los sombreros comienzan a usarse de gran tamaño, tanto en su ala como la copa, siempre acompañados por plumas de avestruz y en ocasiones con velos de encaje o tul para cubrirse el rostro. -
Talle imperial
Este es un estilo que comenzó a surgir por el año de 1908, este se distinguía por no ser tan incómodo ya que no requería que la cintura estuviera tan marcada. Estaba inspirado en la época napoleónica y daba una silueta mucho más recta. -
faldas pegadas
La pieza relevo del corsé, no porque Paul Poiret quería liberar a las mujeres de él, sino porque quería ganar fama con su creación de la silueta “La Vage”, prácticamente un corsé pero para las piernas.
La “falda trabada” era estrecha e imposibilitaba los pasos a movimientos diminutos. -
Brasier
En 1914, Mary Phelps patentó el sujetador. La idea se la dio su doncella, quien le dio una opción para no usar corsé en una fiesta a la que asistiría. A finales de la Primera Guerra Mundial, una mujer rusa llamada Ida Rosenthal, midió pecho y espalda de un centenar de mujeres creando así un sistema de tallas que hoy en día sigue siendo efectivo. -
vestidos ‘flapper’
Este estilo de ropa surgió de la estética flapper, con vestidos que marcaban el pecho y la cintura discretamente, añadiendo plumas, joyas y arreglos de cristal. Para el momento en el que llegaron al los closets femeninos, fueron tachados como un “desafío” a los ideales de belleza del momento. Sin embargo, sirvió de escalón para la introducción del little black dress. -
el corte al ‘bies’
La mejor solución que encontró la industria ante la Gran Depresión fue el cine. Bette Davis, Jean Harlow y Madeleine Vionnet popularizaron los vestidos de seda y lo convirtieron en la nueva tendencia glamurosa. -
El bikini
Una de las consecuencias menos predecibles de la Segunda Guerra Mundial fue la gran popularidad del traje de baño de dos piezas, ideado a causa del racionamiento de tejidos impulsado por el gobierno estadounidense a partir de 1943 -
‘el nuevo look’
Christian Dior definió la década de los cincuenta gracias al “nuevo look”. Con las consecuencias de la guerra aún recientes, los derroches de tejido y las faldas con vuelo eran una luz entre la oscuridad.