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1472
"La anunciación"
Pintada entre 1472 y 1475, La Anunciación es una obra al óleo sobre madera que simboliza los primeros pasos de Leonardo en el mundo de la pintura, aunque no todos coinciden en este juicio. Esta pieza destaca por su complejidad y la maestría técnica que el artista comienza a mostrar en su trabajo. En la obra, se puede observar una cuidada atención al detalle y una composición equilibrada que invitan al espectador a sumergirse en la escena. -
1474
"Retrato de Ginevra de' Benci"
El retrato de Ginevra de' Benci, obra maestra de Leonardo da Vinci, fue gestado entre 1474 y 1476, un periodo en el que el genio renacentista comenzaba a esbozar su legado eterno.
Con un trasfondo que evoca la naturaleza y la luz, cada pincelada cuenta una historia, invitando al espectador a explorar la profundidad de su mirada, llena de misterio y sabiduría. -
1485
"La Virgen de las rocas!
La Virgen de las Rocas es una obra maestra que se despliega ante nosotros como un susurro del renacimiento. Pintada al óleo sobre madera alrededor de 1485, esta creación de Leonardo da Vinci nos transporta a un mundo donde lo sagrado y lo natural se entrelazan. Las figuras, delicadamente posicionadas frente a una gruta, parecen surgir de un sueño; sus contornos se desvanecen en una bruma etérea, conocida como sfumato, que añade un toque de misterio y profundidad. -
1487
"Hombre vitruviano"
Entre 1487 y 1490, Leonardo da Vinci llevó a cabo una de sus obras más icónicas: En la obra, se pueden observar dos figuras masculinas superpuestas, cuyas extremidades están extendidas tanto dentro de un círculo como de un cuadrado. Esta disposición no solo refleja el interés del artista por la anatomía, sino que también se basa en los escritos del arquitecto romano Vitruvio, quien sostenía que las proporciones del ser humano eran fundamentales para la arquitectura y el arte. -
1489
"Dama con armiño"
La pintura es admirada no solo por su exquisita técnica y composición, sino también por la enigmática expresión de Cecilia y el simbolismo del armiño que sostiene. Este animal, asociado con la pureza y el poder, resalta el estatus de Cecilia en la corte milanesa. El retrato captura la delicadeza y la gracia de la joven, mientras que la mirada de Cecilia, dirigida hacia algo más allá del espectador, añade un aire de misterio y profundidad emocional. -
1490
"La Belle Ferronière"
Su mirada serena y enigmática, la obra transmite una sensación de misterio y elegancia que ha fascinado a los admiradores del arte durante siglos. Los sutiles matices de luz y sombra en su rostro reflejan la maestría del artista en el manejo del claroscuro, técnica que añade profundidad y realismo a la pintura. Es un testimonio del talento inigualable de Leonardo da Vinci, quien logró capturar no solo la apariencia física, sino también la esencia y el aura de sus sujetos. -
1493
"La última cena"
Esta obra maestra del Renacimiento italiano es famosa por su innovador enfoque en la perspectiva y la representación emocional de los personajes. La pintura captura el momento en que Jesús anuncia que uno de sus apóstoles lo traicionará, infundiendo una sensación de tensión dramática y conmoción entre los discípulos. La última cena no solo es una obra de arte visualmente impactante, sino también un testimonio del genio de Leonardo en su habilidad para fusionar ciencia y arte -
1500
"Salvator mundo"
La obra, atribuida a Leonardo da Vinci, representa a Cristo como salvador del mundo, sosteniendo un orbe de cristal en una mano y levantando la otra en señal de bendición. El cuadro ha sido objeto de fascinación y controversia debido a su historia de desapariciones y redescubrimientos a lo largo de los siglos. Alcanzó notoriedad mundial cuando se vendió en una subasta en Nueva York por una suma récord, convirtiéndose en la pintura más cara jamás vendida. -
1503
"La Mona Lisa"
La obra es famosa por la misteriosa sonrisa de la modelo, que parece cambiar dependiendo del ángulo desde el que se observe. Además, el uso innovador del sfumato por parte de Leonardo da Vinci le confiere a la pintura una calidad etérea y casi mágica. La Mona Lisa reside actualmente en el Museo del Louvre en París. Su mirada enigmática y su expresión serena continúan fascinando, convirtiéndola en un icono del arte renacentista y en un símbolo del genio artístico de Leonardo. -
1510
"La Virgen y el niño con Santa Ana"
La composición es un ejemplo magnífico del dominio de Leonardo da Vinci en el uso del sfumato, una técnica que suaviza los contornos para crear una transición casi imperceptible entre luz y sombra. Esta obra maestra transmite una sensación de unidad familiar y sagrada, evocando la conexión divina entre el cielo y la tierra. -
1513
"San Juan Bautista"
Este cuadro es atribuido al famoso pintor italiano, que, en este periodo de su vida, se encontraba en la transición entre el esplendor del Renacimiento y las características del Manierismo que comenzarían a surgir. La obra refleja un profundo sentido de espiritualidad y contemplación, características propias de su estilo. Ofrece una visión íntima y reflexiva que invita al espectador a una conexión más profunda con el tema religioso.