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Francisco en Cajas de cartón

  • Cruzar la frontera

    Cruzar la frontera
    "Nos fuimos caminando a la orilla de la alambrada hasta que Papa encontró un hoyo pequeño en la parte de abajo. Se arrodillo
    y con las manos se puso a cavar el hoyo para agrandarlo." Página 50
  • Entrar en una escuela de angloparlantes

    Entrar en una escuela de angloparlantes
    "Me presentó a la maestra, la señorita Scalapino, quien sonrió repitiendo mi nombre "Francisco". Fue la única palabra que entendí
    todo el tiempo que mi maestra y el director hablaron." Página 16
  • Perder un amigo

    Perder un amigo
    "La cabaña estaba totalmente vacía. El
    corazón se me fue al estomago." Página 44
  • El hermanito de Francisco sobrevive

    El hermanito de Francisco sobrevive
    "Yo no quería creerle, pero el
    doctor tenía razón. ¡Un milagro lo salvó!" Página 39
  • Perder una mascota

    Perder una mascota
    "Al día siguiente después del trabajo, Roberto, Trampita
    y yo enterramos a El Perico en una caja de puros que encontramos en el bote de basura del señor Jacobson. Hicimos un hoyo de unas doce pulgadas en uno de los surcos
    del viñedo que estaba atrás del garaje, pusimos la caja en
    el hoyo y la cubrimos con tierra." Página 54
  • Tratar de ser como un adulto

    Tratar de ser como un adulto
    "Viendo la oportunidad de demostrarle a Papá que yo ya estaba lo suficientemente grande para tener mi propio costal de
    algodón, lo seguí a él y a Roberto al campo. Cada uno de
    ellos escogió su surco." Página 64
  • Francisco y su familia se mudan de casa

    Francisco y su familia se mudan de casa
    "Al bajar del camión me encontré con mis hermanitos que gritaban y brincaban de alegría. Pensé que era porque yo había llegado, pero al abrir la puerta de la chocita, vi que todo estaba empacado en cajas de cartón." Página 74
  • Ser reconocido por un oficial de la inmigración

    Ser reconocido por un oficial de la inmigración
    "La señorita Ehlis y el oficial de inmigración caminaron hacia mí. Poniendo su mano derecha en
    mi hombro, y viendo al oficial, ella dijo tristemente: -Él
    es." página 120
  • La casa se enciende

    La casa se enciende
    "Al instante que vi la cajita de metal plateado, pensé en
    mi libreta. -¡Mi libreta! -grite, recordando que la
    había dejado en mi camisa sobre el colchón." Página 98
  • Roberto consigue un trabajo estable

    Roberto consigue un trabajo estable
    "-¡Conseguiste e1 trabajo! -grite.
    -Sí, el señor Sims me ofreció un trabajo de limpieza en
    Main Street School-me respondió, sonriendo de oreja a
    oreja." Página 116