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Nacimiento
Nació en el 8 de agosto de 1879, en Anenecuilco, Estado de Morelos. Fue el noveno de los diez hijos que tuvieron Gabriel Zapata y Cleofás Salazar, de los que sólo sobrevivieron cuatro. -
El origen de un revolucionario
El dueño de una hacienda vecina se apoderó por la fuerza de una parte de las tierras de Anenecuilco. Consumada la usurpación, Emiliano le preguntó a su padre porque no peleaban para evitar el despojo de sus tierras, a lo que él contestó que no podían hacerlo porque los hacendados eran muy poderosos. Ese día Emiliano prometió que, cuando fuera mayor, lucharía por la restitución de las tierras despojadas a su familia y a los campesinos locales. -
Inicia su carrera política
En 1909, los habitantes de Anenecuilco lo eligieron presidente del concejo municipal. A partir de entonces comenzó a tratar con abogados capitalinos para hacer valer los derechos de propiedad de las comunidades locales. -
Se une a la lucha revolucionaria
En 1911, Zapata se unió al movimiento revolucionario iniciado por Madero, que había proclamado el Plan de San Luis. La lucha de las tropas de Zapata, al frente del llamado “Ejército Libertador del Sur”, contribuyó a la caída de Porfirio Díaz, que renunció y partió al exilio. -
Después del maderismo
Luego del derrocamiento de Madero, durante la Decena Trágica de 1913, Huerta le envió una comisión para invitarlo a deponer las armas. Pero Zapata se negó a negociar, fusiló al líder de los enviados y reformó el Plan de Ayala para expresar su decisión de combatir a la dictadura militar. -
Cae el ejército zapatista
Durante 1916, Carranza, luego de vencer a Villa, dispuso una ofensiva general en Morelos. Sin el apoyo villista y con pocas armas, Zapata no pudo resistir el avance de las tropas gubernamentales que ocuparon casi todas las poblaciones del Estado. La Constitución de 1917, que incluyó derechos sociales y laborales, y contempló una tibia reforma agraria, condenó al movimiento de Zapata al fracaso, ya que poco a poco fue perdiendo seguidores. -
Muere el defensor del campo
El coronel Guajardo tiende a Zapata una emboscada en la hacienda Chinameca. Zapata y sus acompañantes quedaron atrapados en medio de una balacera cruzada, y a pesar de que el caudillo consiguió desenfundar sus pistolas, todos cayeron acribillados en pocos segundos. El cuerpo de Zapata fue llevado en mula hasta Cuautla, donde fue expuesto y fotografiado en la estación de policía local para que sirviera de escarmiento a los rebeldes que aún lo apoyaban.