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Inicio de la regencia de María Cristina
María Cristina de Borbón es la madre de Isabel II y viuda esposa y sobrina de Fernando VII.
Como Isabel accedió al trono teniendo tres años, María Cristina asumió la regencia. Comenzó con la muerte de su marido y fue un periodo difícil por la Primera Guerra Carlista y la escisión de ideologías políticas existentes. Para ella, que no se sentía liberal, fue duro de defender, pero se apoyó en ellos, principalmente, en los moderados.
Regencia larga con hechos como la desamortización de Mendizábal. -
Muerte de Fernando VII
El fallecimiento de Fernando VII va a suponer la construcción de un Estado liberal y la caída del absolutismo en España.
Fernando, mediante la Pragmática Sanción, anuló la Ley Sálica, que había estado vigente desde que Felipe V la promulgó con el fin de que solo pudiesen reinar varones. Como Fernando no tuvo descendencia masculina, quiso que Isabel, su primogénita, pudiese acceder al trono. Y así fue, con solo tres años, lo que llevará a una década de regencias y a las Guerras Carlistas. -
Estatuto Real
Fue promulgado en la etapa de regencias de Isabel II. Concretamente, en la regencia de María Cristina de Borbón. No llega a ser una Constitución, ya que solo tiene 50 artículos que regulaban la organización de las Cortes y estaba incompleta.
Esta Carta Otorgada es una cesión voluntaria de poderes por parte de la Corona. -
Desamortización de Mendizábal
Mendizábal, ministro de la regente María Cristina. Esta expropiación de los bienes del Clero tuvo consecuencias muy importantes para la economía y sociedad española. La intención de ello era un reparto más igualitario de propiedades, independientemente de la clase social. Las muy adineradas oligarquías de nobles podían adquirir estos bienes sin ningún tipo de problema.
Esto provocó disidencias con la Santa Sede, que después tendrán que ser solventadas para mantener la paz con la Iglesia. -
Pronunciamiento de los sargentos de La Granja. Restablecimiento de la Constitución de 1812
Hecho muy relevante que nos muestra la situación real de la monarquía en aquel entonces. En este pronunciamiento, la Regente se encontraba en el Palacio de la Granja de San Ildefonso, su propiedad vacacional, junto a sus hijas. Allí, un grupo de sargentos del 2º Regimiento de la Guardia Real, después de entrar en sus aposentos, exigieron restaurar la Constitución de 1812, que era liberal, y derogar el Estatuto Real de 1834, la Carta Otorgada que María Cristina ejecutó junto al grupo moderado. -
Nueva Constitución (progresista)
Fruto de la crisis del Estatuto Real, de breve existencia, ya que el enfrentamiento entre moderados y progresistas impedía la aplicación con normalidad de lo marcado en aquella Carta otorgada. Sobrevivió dificultosamente hasta su derogación definitiva por la Constitución de 1845.
Por ello, en 1837, se crea una Constitución con fijación en la del 12, pero con matices diferenciadores. En conclusión: fue un intento más, sin éxito, de unir las dos grandes escisiones ideológicas del momento. -
Fin de la Guerra Carlista: derrota del General Cabrera
El gobierno liberal volcó todas sus fuerzas en la reconquista del reducto morellano de Cabrera, enviando tropas de refresco al mando del general Espartero, que se sumaron a las que ya actuaban con O’Donell en el Bajo Aragón. Los liberales reunieron más de 80.000 hombres frente a los escasos 20.000 de que disponía Cabrera. -
Caída de María Cristina
Al tener a los progresistas en su contra, la Regente se trasladó entonces a Barcelona y se entrevistó con Espartero. Para aceptar la Presidencia del Consejo de Ministros exigió que María Cristina no sancionara la Ley de Ayuntamientos, así que cuando el 15 de julio de 1840 firmó la ley, éste le presentó la renuncia de todos sus grados, empleos, títulos y condecoraciones. -
Ley de Ayuntamientos
La ley de 1840, hecha por los moderados, insistía en el control del gobierno del poder local. Esta ley precipitó la caída de la Reina Gobernadora. Espartero abolió la ley, restableciendo la de 1823. González Bravo promulgó un decreto en 1843 que restituía la ley moderada de 1840 y en enero de 1841 se publicó el reglamento que desarrollaba la ley. -
Pronunciamiento del General Narváez
En 1843, el progresista Prim y el moderado Narváez unieron sus esfuerzos y se levantaron contra Espartero, a quien lograron derrocar. Instalado en el poder, Narváez tuvo que hacer frente a 38 pronunciamientos progresistas entre 1844 y 1848, todos ellos sofocados y que se saldaron, entre otras consecuencias, con el fusilamiento del general Zurbano, el exilio del general Ruiz y la condena a muerte del general Prim, indultado a posteriori. -
Isabel II declarada mayor de edad
Agustín Argüelles fue nombrado tutor de la reina Isabel II, pero ante la marcha de los acontecimientos, Isabel fue declarada mayor de edad, con 13 años, el 8 de noviembre de 1843 por las Cortes, ante las cuales juró dos días después. Su formación fue en tiempo récord. Tuvo que hacerlo mucho más rápido que otros monarcas, algo que se veía reflejado en que le faltaban conocimientos sobre algunos temas relevantes. -
Nueva Constitución (moderada)
El resultado del esfuerzo de los moderados por conciliar tradición y revolución fue la Constitución de 1845.
En el texto de 1845 ya no aparece, como en las Constituciones de 1812 y 1837, la formula revolucionaria de la soberanía de la nación, sino que se revierte a la fórmula tradicional histórica de la soberanía compartida por las Cortes y el Rey. -
Concordato con la Santa Sede
En 1851, se firma el Concordato entre el Sumo Pontífice Pío IX e Isabel II, un acuerdo que contribuirá a mejorar las deterioradas relaciones existentes entre los liberales y la jerarquía católica, enfrentados desde tiempo atrás acerca del papel que habría de desempeñar la Iglesia, defensora ardiente del Antiguo Régimen, en el nuevo orden institucional que se estaba configurando.
Fue la desamortización de Mendizábal la principal causa de disidencias. -
Desamortización de Madoz
Durante el bienio progresista, el ministro de Hacienda, Pascual Madoz, realiza una nueva desamortización que fue ejecutada con mayor control que la de Mendizábal.
Se declaraban en venta todas las propiedades del Estado, del clero, de las Órdenes Militares, cofradías, de Don Carlos, y el campesinado con las excepciones de las Escuelas Pías y los hospitalarios de San Juan de Dios, dedicados a la enseñanza y atención médica respectivamente puesto que reducían el gasto del Estado en estos ámbitos. -
Nuevo gobierno moderado de Narváez
Este clima de alteraciones sociales llevó a la deriva a la coalición, con la consiguiente dimisión de Espartero y el nombramiento de O'Donnell, que tenía todo el apoyo de la Reina.
Sin embargo, una vez restablecido el orden público, Isabel II entregó el poder a los moderados: elige a Narváez. Nombrado el líder de la Unión Liberal presidente del gobierno, se inició un proceso de revisión de la labor del bienio que finalmente trajo la vuelta de Narváez y los moderados al poder en octubre de 1856. -
Regreso de Narváez: gobierno autoritario
Su vuelta al poder tras la formación de la Unión Liberal de O'Donnell marcó el inicio de la última etapa del moderantismo en el reinado de Isabel II. Fue un periodo de inestabilidad política y, Narváez, no ayudó a solventar las disidencias con los progresistas, sino que cada vez era más "caudillista" y autoritario con aquello que promulgaba.
Esto llevará a la formación de un pacto: el Pacto de Ostende. En este se pondrán de acuerdo aquellos representantes de las ideologías disidentes. -
Caída de Narváez
Narváez, político moderado y nombrado Presidente del Consejo de Ministros, tuvo nueve meses de mandato su hasta su dimisión en abril de 1865, tras el suceso de La Noche de San Daniel, el 10 de abril de ese mismo año.
Esto ocasionó el rápido resquebrajamiento del Partido Moderado. Solo meses más tarde, el 19 de septiembre de 1868, se produce el cuartelazo que pone fin a la monarquía constitucional de Isabel II: la Revolución de La Gloriosa. -
Revolución: “La Gloriosa”. Exilio de Isabel II
Los gobiernos de carácter dictatorial que tanto Narváez como Luis Gónzález Bravo aplicaban con rudeza a la política de España eran cada vez más rechazados por el pueblo. Estos últimos gobiernos moderados contaban con el apoyo de Isabel II.
Los generales Prim y Serrano, junto a la escuadra del Almirante Topete se sublevaron contra la Reina en Cádiz. A esto se unieron sublevaciones populares por el país que le obligaron a abandonar España y huir a Francia junto al futuro Rey: su hijo Alfonso.