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Niñez
En mi familia me enseñaron los valores me los enseñaron a través del diálogo, consejos, juegos, dinámicas familiares, ejercicios prácticos, reprendas y castigos. Sintiéndome en ocasiones, feliz, alegre, optimista, ansiosa, confundida y a veces triste. En la niñez me identifique más con mi mamá por ser primera persona con quién tenía más acercamiento. Me consideró que durante la etapa de la niñez fui buena hija al participar en las dinámicas familiares y aprendizaje. -
Pubertad
Me enseñaron los valores, la igualdad, los límites y el amor, a través de mucho diálogo y concientización de mis emociones, así como afrontar mis consecuencias y responsabilidades. En ocasiones, incomprendida o confundida, pero también apoyada en todo momentos por mis padres y mi abuelita. Me identificaba con por su con mi mamá por su responsabilidad y su resiliencia ante las adversidades. Me considero buena hija, porque obedecí y seguí sus consejos de mis padres. -
Adolescencia
Me enseñaron los valores, la igualdad, los límites y el amor, a través de la concientización de mis actos y cómo afrontar las consecuencias de ellos. Sintiéndome en ocasiones confiada, decidida, abrumada o a veces temerosa. Durante ésta etapa me identifique más con mi mamá por su respaldo incondicional, y también con mi abuelita por su confianza y comunicación constante. Me consideró buena hija debido a que obedecí sus consejos y nunca tuve problemas en ésta etapa. -
Adultez
Durante ésta etapa, los valores, la igualdad, los límites y el amor, fue esencialmente a través del diálogo pero sobre todo la empatía y la confianza. Sintiéndome más confiada, decidida y segura en mi misma, y responsable sobre mis actos y conductas. Me identifique más con mi madre y mi abuelita, por su resiliencia ante las adversidades y la vida. Me consideró que fue hija, debido a que pretendía ser una persona confiable y responsable para ellas.