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Asedio del Acázar de Toledo
En esta batalla se enfrentaron milicianos gubernamentales del Frente Popular y militares sublevados del Bando Nacional. Estos últimos se refugiaron en el Alcázar de Toledo, entonces Academia de Infantería, Caballería e Intendencia, acompañados de sus familias. -
Bombardeo de Guernica.
El bombardeo de Guernica, también conocido como "Operación Rügen, fue un ataque aéreo realizado sobre esta simbólica población vasca el 26 de abril de 1937 por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, que combatían en favor del Bando Nacional. Consistió en un bombardeo en alfombra, es decir, fue un bombardeo táctico de una zona por medio de gran cantidad de bombas de caída libre, a menudo combinadas con bombas incendiarias -
Asedio de Madrid
Tras la ofensiva de Vizcaya y la caída de Bilbao, el ejército franquista continuó con el punto de mira puesto sobre Santander. Ante esta situación el Estado Mayor republicano decidió dar un golpe de efecto sobre una posición que distrajera y retrasara a las tropas del frente norte: las únicas tropas que habían demostrado estar a la altura de las circunstancias, por lo que quedó claro que la ofensiva sería en este sector.
Asedio Madrid -
Batalla de Bilbao.
La posesión de Bilbao era elemental para ambos bandos, tanto por su situación estratégica en la franja cantábrica controlada por la República, como por sus industrias pesadas y fábricas de armas. Después de una larga y potente ofensiva del Bando Nacional, a principios de junio de 1937 sus tropas se hallaban frente a la capital vizcaína, aunque les quedaba por superar una última barrera: el Cinturón de Hierro, un sistema de fortificación formado por túneles, búnkeres y trincheras -
Batalla del Jarama
El ejército franquista, con 19.000 hombres de infantería y dos batallones con ametralladoras pesadas y carros de combate alemanes, avanzó hacia Ciempozuelos hasta enfrentarse en los primeros días con algunas brigadas republicanas de no más de 3.000 hombres que, en dos días, el número de hombres fue reducido a la mitad. Al otro lado del río Jarama la orografía permitía una defensa fácil al ejército republicano, ya que desde los riscos se dominaba todo el valle del Jarama. -
Asedio de Oviedo
Tras conocerse en la Península la sublevación de las tropas españolas en Marruecos, sindicatos obreros y partidos izquierdistas empezaron a formar milicias armadas para combatir la revuelta. . , las autoridades de Madrid aceptaron sus declaraciones y permitieron que centenares de mineros de la región asturiana dejaran su provincia para acudir a formar milicias en otras zonas. -
Batalla de Belchite
Participaron 80.000 hombres, tres escuadrillas de la aviación republicana y 105 carros T-26 soviéticos. En los frentes norte y sur solo se logró ocupar terreno vacío. En el frente sur las poblaciones de Quinto, Mediana y Codo estaban escasamente guarnecidas y cayeron en poder del ejército republicano el 26 de agosto. -
Batalla de Teruel
El ejército franquista contaba con unos 4.000 hombres armados dentro de la ciudad de Teruel, todos bajo el mando del coronel Domingo Rey d'Harcourt. A ellos se sumó una parte de la población no entrenada militarmente, llegando a alcanzar la cifra de 5.000 defensores. Teruel se encontraba defendida por una línea de trincheras y alambradas que habían sido preparadas tiempo atrás al considerarse que representaba un saliente muy amenazado por los republicanos -
Batalla del Ebro
La batalla del Ebro fue la mayor de cuantas se libraron durante la guerra, además de ser también la más sangrienta y larga. Constituyó el enfrentamiento decisivo de la guerra ya que en él se decidió quien sería el vencedor y el vencido. Aunque los republicanos lograron obtener una importante victoria inicial, tras la sangría en hombres y material fue imposible evitar la derrota final del Bando Republicano.
Batalla del Ebro -
Batalla naval del cabo de Palos
Un destructor republicano lanzó sus torpedos contra los buques nacionales, pero falló. Los cruceros del almirante Vierna prefirieron retrasar el enfrentamiento hasta el amanecer para así poder sacar partido de su superior artillería. Sin embargo, los buques de la República decidieron perseguir a sus adversarios.