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Nacimiento:
Nací en un taller de relojería de Gerona llamado “Tu tiempo”. Esta relojería era muy famosa porque fabricaban a mano relojes muy buenos. Adosada al taller estaba la tienda, tenía un escaparate impresionante todo aquel que pasaba por delante se paraba a admirarlo y ahí estaba yo. -
Venta
Un día un chico entró a la tienda y decidió comprarme. Yo estaba muy emocionado porque era la primera vez que alguien me escogía. Me metieron en una caja de terciopelo muy cómoda y luego me envolvieron para regalo. -
Adopción
Al llegar a casa conocí a quien iba a ser mi dueña, una pequeña chica llamada Laura. Tendría unos 11 años, estaba muy contenta porque iba a tener su primer reloj. -
El perro
Pasaban las horas y Laura seguía sin encontrarme. Eran cerca de las seis de la tarde cuando un perro pasó frente a mi y al verme me agarró con su boca y empezó a jugar bruscamente conmigo. Pensé que mi vida llegaba a su fin. -
Abandono
Unos días más tarde, Laura fue al parque y jugando me caí al suelo con la mala suerte de quedarme medio escondido entre unos arbustos. Laura se quedó muy triste porque me perdió y yo estaba igual. Oía las voces de la pequeña Laura llamándome pero yo no le podía contestar. -
Nada es lo que parece
Aquel perro con sus dientes afilados acabaría conmigo, pero no fue así. Resultó que los dueños del perro le maltrataban y encontró en mí la oportunidad de tener un amigo. Era su forma de jugar y de llamar mi atención, ¡y yo pensando que me quería destrozar! Me enorgullece haberme sentido útil convirtiéndome en su amigo y habiéndole ayudado. -
Amigos
Cuando llegué a su casa me dejó con delicadeza en su cama. Era blanda y olía un poco mal pero me resigne al tufo. Este perro me trataba como si fuera un peluche porque dormía conmigo, así se sentía mas seguro. Siempre iba sujeto a su collar. -
Solos en la calle
Cada día estábamos más a gusto los dos juntos pero aun así sentía que algo no iba bien. Los dueños nos trataban con rudeza, parecía que no les gustaba vernos juntos. Un día como otro cualquiera salimos a pasear pero nos montaron en su coche y nos llevaron a un parque muy lejos de nuestra casa; Al llegar, bajamos del coche y comenzamos a jugar. De pronto oímos el ruido del motor, ¿Qué estaba pasando? Se iban, ¡nos abandonaban! -
Mejor día de mi vida
Laura cuando me vio me reconoció perfectamente y sonrió. Estábamos todos contentos. Laura decidió llevarnos a su casa, sus padres se lo permitieron y a partir de ese momento vivimos todos muy felices. -
Reencuentro
Los días fueron duros, ¡menos mal que estábamos juntos!. Una tarde de verano, una niña pasó por el callejón que se había convertido en nuestro hogar y al vernos, se lanzó a darnos mimos. Nunca pensé que pudiera ocurrirme algo tan bueno, era Laura.