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Ferenc Puskás
Ferenc Puskás (1927-2006) decide abandonar Hungría cuando esta es invadida por la Unión Soviética. Y aunque se pasaría dos años sin jugar, luego arribaría a un Real Madrid galáctico y todopoderoso, que arrasaría en Europa al ganar cinco Ligas de Campeones seguidas. Goleador de fuste en Europa, su carrera como entrenador no fue tan prolífica, pero sí muy viajada, llegando a entrenar a Colo Colo en los '70.
Los trucos del "Cañoncito Pum" -
Pelé
Pelé (1940) es, para muchos, el jugador más completo jamás visto. Pateaba con ambos perfiles, cabeceaba que era un gusto, e incluso atajaba si era necesario. Ganó su primer mundial a los 17 años, y se retiró de la selección a los 30, siendo tricampeón del orbe. 1282 en 1366 partidos dan cuenta de su calidad en el campo de juego.
Algunas joyitas de 'O Rei' -
Garrincha
Nadie pensó jamás que Garrincha (1933-1983) llegaría a la cima del mundo, con su columna torcida, una pierna más larga que la otra, y las dos curvadas hacia dentro. Así era el mejor puntero derecho jamás visto, que alcanzó el cielo dos veces con su Brasil amado, en el 58 y en el 62, en el que fue elegido el mejor del torneo. Y en ese entonces, el mejor del mundo.
Las diabluras de un pícaro -
George Best
George Best (1946-2005) fue un crack de principio a fin. Con una habilidad impresionante para desbordad y para convertir goles, fuera de la cancha daba material para la simpatía y el comidillo. "He gastado mucho dinero en mujeres, alcohol y coches. El resto lo he despilfarrado", llegó a decir en una ocasión, un hombre que lidió siempre con su alcoholismo pero que con justicia agregó un "the" a su apellido.
El genial juego de George Best -
Franz Beckenbauer
Dotado de una técnica y un sentido de la ubicación únicos, Franz Beckenbauer (1945) asombró en el Mundial de 1966, anotando 4 goles de gran factura y liderando a su equipo al subcampeonato. Defendía y atacaba con garra y clase, y fue siempre un placer a la vista, un hombre que en mundiales, como jugador y técnico, siempre ha llegado a semifinales, siendo campeón dos veces.
La realeza del Kaiser -
Elías Figueroa
Tres veces el mejor de América, miembro del equipo ideal de Alemania 74 y uno de los mejores extranjeros que recuerda Brasil, Elías Figueroa (1946) es uno de los zagueros más afamados del mundo. Ejemplo de limpieza y clase en la zaga, dio clases de buen fútbol alrededor del mundo, al tiempo que lideró a Chile en tiempos difíciles en la cancha: el repechaje ante la URSS, en Rusia, en 1973.
La clase de Don Elías -
Johan Cruyff
La mítica "Naranja Mecánica" de Rinus Michels necesitaba de un director en cancha. Y quién otro que Johan Cruyff (1947), jugador de una exquisita técnica y una visión de juego única, para liderar el desorden ordenado de la Oranje. Nunca pudo ganar un título con su selección, pero para el recuerdo quedan sus mágicas jugadas y goles imposibles. Un crack que dejó huella en Holanda y en Barcelona.
La visión de juego de Johan Cruyff -
Michel Platini
Sólo pudo ganar la Copa de Europa con Francia en 1984, pero Michel Platini (1955) es ciertamente uno de los más grandes que ha visto el fútbol mundial. Semifinalista en 1982 y 1986, jugaba un fútbol exquisito y efectivo, dinámico y con muchos goles a su haber. Un volante preciso, que hoy maneja los destinos de la UEFA.
La técnica de Michel Platini -
Diego Armando Maradona
"Jugó, venció, meó, perdió", dijo de él Eduardo Galeano. Y es que Diego Armando Maradona (1960) siempre ha sido materia de discusión. Un gran talento que lo llevó a ser el mejor del mundo, quizás de la historia, y un infantilismo que lo llevó a cometer varios errores en su vida personal. Suspendido por usar drogas, sus incondicionales prefieren recordar sus jugadas de antología, como ante Inglaterra en 1986.
Los milagros de D10S -
Zinedine Zidane
Zinedine Zidane (1972) llevó a su primer campeonato mundial a una Francia que vio pasar a generaciones notables sin éxitos deportivos. Dueño de una inteligencia táctica y una habilidad con el balón envidiables, su aporte en la selección gala como en sus clubes marcó una huella indeleble, que ni siquiera sus errores podrán borrar de la mente de los aficionados
Las magias de Zizou