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Biografía

By Joneg
  • Mis primeros dueños

    Mis primeros dueños
    Llevaba meses viendo como elegían a los demás, todo el mundo quería a las bratz, a las barbies o a los baby borns, y yo temía que mi destino fuese estar en esa estantería para siempre. Recuerdo aquel día con alegría, una pareja se acercó al pasillo donde yo estaba, los dos estaban muy emocionados y nerviosos. Hablaban sobre alguien que iba a dar a luz y tenían prisa por llegar al hospital. Aquel día ellos decidieron comprarme, y Ane y Aitor pasaron a ser mis primeros dueños.
  • El encuentro

    El encuentro
    Ane y Aitor fueron mis dueños durante poco tiempo, ya que el trayecto en taxi hasta el hospital duró solo 15 minutos. Esos quince minutos se me hicieron eternos, estaba empezando a sentir claustrofobia en la caja en la que me había metido la trabajadora de la tienda. Cuando entramos en el cuarto Aitor y Ane empezaron a llorar al ver a su sobrina recién nacida en brazos de la madre. Ese fue el día en el que conocí a Miren.
  • Crisis

    Crisis
    Miren estaba emocionada de estar en Portaventura, sus padres por fin se habían decidido a llevarle. Aunque fue advertida de los peligros de llevarme con ella, decidió que viviésemos la aventura juntos. A la tarde, después de montarse en todas las atracciones, Miren fue al espectáculo de Frozen y la emoción que sentía después de haber cantado todas las canciones a pleno pulmón le hizo olvidarse de mí y abandonarme en las gradas.
    portaventura
  • Period: to

    Vida solitaria

    Pasé dos años en un almacén de aquel parque de atracciones, aquel día que Miren me perdió un trabajador me llevó a objetos perdidos y nadie se molestó en encontrar a mi dueño. Aquellos años no fueron tan tristes como estaréis pensando, hice muchos amigos, todos los objetos sin dueño de aquel parque necesitaban compañía.
  • El reencuentro

    El reencuentro
    Marta fue quien cambió mi destino aquel 3 de junio. Miren me había colgado un collar con su nombre y su número de teléfono por si acaso me perdía, pero nadie se había molestado en llamar. Marta era nueva aquel verano, y cuando le tocó ordenar el almacén se dio cuenta de que mi dueña me estaría esperando y se molestó en que yo llegase de nuevo a mi casa.