La evolución de Windows

  • Windows 1.x (1985) y Windows 2.x (1987)

    En las dos primeras versiones principales de Windows, los íconos de aplicaciones solo aparecían cuando minimizabas un programa en la barra de tareas, en la parte inferior de la pantalla (Windows 1.x) o en el escritorio (Windows 2.x). Los íconos eran ilustraciones simples en blanco y negro con un tamaño de 32 × 32 píxeles.
  • Windows 3.0 1990

    Windows 3.0 introdujo la capacidad de mostrar iconos de 16 colores en un tamaño de 32 × 32 píxeles. Presentaban un nuevo aspecto «3D» (como se llamaba en ese momento ) con sombras simuladas, cortesía de Susan Kare, una artista que había diseñado previamente iconos y fuentes para el Macintosh original.
  • Windows 3.1 1992

    Pocos cambios. Microsoft mantuvo la resolución en 32 x 32 píxeles y los 16 colores, pero ofrecieron más detalle usando efectos de tramado para simular mayor profundidad de color y añadiendo mejoras en los efectos de sombreado en el estilo de ilustración.
  • Windows 95 1995

    La gran mayoría de iconos tuvieron su revisión gráfica, aunque se conservaron otros de Windows 3.1 y de manera general se mantuvieron los 16 colores y los 32 x 32 píxeles. Sin embargo, la API de Win32 utilizada en Windows 95 introdujo soporte para iconos de 256 × 256 píxeles con 16,7 millones de colores por primera vez.
  • Windows 98 1998

    Esta versión de Windows estrenó los iconos de 256 colores por defecto. Aunque el tamaño predeterminado era de 32 x 32 píxeles, también por primera vez Microsoft ofreció un mayor tamaño de 48 x 48 píxeles que eran ideales para las pantallas de alta resolución que comenzaban a aparecer esos años.
  • Windows 2000 y Windows Me 2000

    El pretendido unificador de los Windows 9x y Windows NT, mantuvo los 256 colores y los dos tamaños de 32 × 32 y 48 × 48 píxeles del anterior. Varios íconos importantes como el de ‘Mi PC’ fueron renovados nuevamente, ganando más detalle y profundidad de color, pero sin ser una revolución. Windows Me utilizó la mayoría de los iconos de Windows 2000.
  • Windows XP 2001

    Si hay una versión que supuso un gran salto hacia delante en iconos para Windows esa fue XP. Por primera vez admitió iconos de 32 bits (16,7 millones de colores y un canal alfa para transparencias), lo que permitió sombras translúcidas y efectos vidriosos, así como bordes mejorados gracias al nuevo proceso de suavizado.
  • Windows Vista (2007)

    Vista fue criticado hasta la saciedad (más de lo que merecía, en mi opinión), pero fue la versión más ambiciosa desde Windows 95 y la que más novedades intentó aportar. Una de las mayores fue la interfaz gráfica Windows Aero que se veía genial (si tenías un equipo potente para manejarla) y que influyó también en los iconos
  • Windows 7 2009

    Windows 7 usó principalmente el mismo conjunto de iconos que Vista, pero cambió algunos de sistema como el del Panel de control y aplicaciones como Microsoft Paint. Los que se revisaron ​​obtuvieron una apariencia más plana y frontal que comenzó a alejar a Microsoft de los íconos brillantes de Vista.
  • Windows 8 2012 y Windows 8.1 2013

    Microsoft apostó por una interfaz de usuario radicalmente distinta de lo que había producido hasta entonces, pensando en posicionarse en móviles inteligentes y otros dispositivos con pantalla táctil. Conocida habitualmente como ‘Metro’ y posteriormente ‘Modern UI’, estrenó un nuevo tipo de ícono llamado «Live Tile» que permitía actualizaciones dinámicas de información dentro de los mosaicos. Algo así como un mini-widget en la pantalla de inicio.
  • Windows 10 2015

    En el lanzamiento, Windows 10 mantuvo los íconos de Live Tiles de Windows 8, y también otros de versiones anteriores como el del Explorador de archivos. Los pocos que fueron rediseñados, tenían un aspecto más angular y degradados más suaves. A partir de 2017, Microsoft incluyó los iconos de Windows como parte de la gran renovación de la interfaz de usuario en el que estaba trabajando y que según dijeron duraría «años».
  • Windows 11 2021…

    El próximo Windows dará carpetazo a los ‘mosaicos en vivo’ que no han terminado de cuajar y en general al -fallido- concepto Metro que se ha mantenido -con algunas mejoras- la última década. La idea es terminar con la doble interfaz que ha penalizado la experiencia de usuario y romper con componentes heredados. En la medida de lo posible porque ya sabes que el ecosistema de Windows es gigantesco y no es sencillo soportarlo a la vez que se introducen novedades.