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lecciones morales
En la Edad Media y el Renacimiento, el acceso a los libros era muy limitado, y aquellos que podían llegar a los niños más afortunados tienen poco que ver con lo que hoy entendemos por libro infantil. Se trataban de abecedarios, silabarios, catones (estos contenían frases completas) y bestiarios. Lejos de relatar historias de aventuras, incluían lecciones morales que reflejaban las creencias religiosas de la época. -
Fabulas de Esopo y Sebastián Mey
Con la llegada y popularización de la imprenta, fueron editándose historias para niños hasta entonces difundidas mediante la tradición oral. Junto con la traducción de las Fábulas de Esopo, alcanzó gran popularidad en España el Fabulario de Sebastián Mey (1613), en el que reunió 57 fábulas y cuentos que concluyen con una lección moral. -
Charles Perault
Mención aparte merecen Charles Perrault y sus Cuentos de antaño (1697). Entre las leyendas célticas y los relatos populares franceses e italianos que recopiló, encontramos clásicos como La Cenicienta, El gato con botas, Caperucita Roja y Pulgarcito. -
Novelas ligeras
Conforme aparecieron novelas ligeras de aventuras, la atención por la lectura infantil fue en aumento. Dos ejemplos clásicos son Robinson Crusoe (1719) y Los viajes de Gulliver (1726), -
Hermanos Grimm
A principios del siglo XIX, la corriente del romanticismo propició el auge de la fantasía. De esta época datan dos iconos de la literatura infantil, de gran talento literario. Por un lado, los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm