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Hélices de huracán y de sol
Y hasta en la madrugada de linos arcangélicos
de tu muerte quisiera buscarle, y en el trémolo
de una tarde sin fin con arcoíris diáfanos
y corderos pascuales de hatos inverosímiles
y golondrinas de oro y campaniles de ángelus.
Y hasta en las nubes blandas de un otoño translúcido
que nos haga llorar sin saber cómo...
Céspedes
de berilo impalpable han caído de un álamo. -
Los poemas del arte
Buen Señor, con tus barbas de trigo y tus sonoros
rizos y con tus labios que forjaron supremas
ansiedades de ritmo en los divinos coros
y emocines vibrantes en los Rojos Poemas. Zarpan ya nuevamente los sibilinos barcos...
Mil flechas de armonía van a huir de sus arcos...
curvos... Los barcos llevan tus perfumadas pompas hacia Reinos extraños donde triunfa la buena
sonrisa de Princesas, junto a la gran melena
de Príncipes que tocan las Heráldicas Trompas... -
"Altanoche" Gonzalo Escudero
Relojería de las ostras.
¿Qué cortesana vistió en invierno como los armiños?
Traje dominical de las cebras penitenciarias. Las avestruces raudas son los automóviles de pluma,
Arana títere de los andamios de cristal. Y todo, para que el murciélago abra el paraguas de la noche. -
Materia del ángel
Ya colina de almendra en el reposo,
ya guitarra de olor en el olvido.
Que ya se hiela en su aire temeroso
la clepsidra de tiempo consumido.
Y se rindió al vestiglo vaporoso
su tallo de ola y pájaro aterido.
Ah muerte, capitana de cantares,
desnuda entró la niña en tus lagares La niña entró en tu cántico desnuda,
nácar en su destello de inocencia.
Aderezada como torre aguda
la arquitectura de su transparencia.
Desde entonces la perla se demuda
y empalidece toda refulgencia. -
Introducción a la muerte
Aquella luz sin ti
anocheció en el tiempo
y se esparció en el aire
su corazón ligero
para su umbrosa muerte
de niebla en el silencio. Tú sin aquella luz,
el corazón ileso
en largas soledades
lo guardas bien adentro
con la estatura insombre
de una estatua de hielo,
hasta que un día vengan
los ángeles enfermos
y te lleven consigo
en su liviano vuelo
a un velorio de estrellas
y un funeral de viento.