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1985
La Ciudad de México reflejaba una configuración más compacta y menos extendida en términos de áreas urbanas, con una menor densidad de edificios altos y áreas industriales concentradas en el centro y zonas aledañas. Geográficamente, se observaba un crecimiento urbano limitado, y áreas de bosque y áreas verdes como el Bosque de Chapultepec mantenían una extensión considerable. La globalización, comenzaba a atraer inversiones que estimulaban una expansión controlada en algunas áreas de la ciudad. -
2005
El crecimiento urbano se había acelerado y extendido hacia la periferia, reduciendo áreas verdes e impulsando el desarrollo de zonas residenciales y comerciales. La infraestructura vial, como avenidas y carreteras, se expandió notablemente para conectar áreas antes apartadas. Este crecimiento urbano es un reflejo de la globalización, ya que la inversión extranjera y el aumento de flujos migratorios impulsaron la demanda de infraestructura, afectando la distribución y uso del suelo en la ciudad. -
2015
La ciudad ya mostraba un aumento significativo en la cantidad de edificios altos, especialmente en zonas como Santa Fe y Reforma, consolidando áreas urbanas y comerciales. Además, áreas verdes y agrícolas fueron cada vez más absorbidas por la expansión habitacional. Este cambio se debe a la globalización, que promovió el desarrollo de complejos de oficinas y servicios corporativos, atrayendo a empresas extranjeras y adaptando la ciudad a una economía más globalizada. -
2020
Hoy, la Ciudad de México es una metrópolis densamente urbanizada que apuesta por la movilidad sostenible con ciclovías y nuevas líneas de transporte público. Se han implementado políticas para proteger áreas verdes, como el Bosque de Chapultepec, en línea con compromisos ambientales globales. La globalización sigue impulsando el desarrollo de infraestructura, buscando mejorar la conectividad y la sostenibilidad, adaptándose tanto a necesidades locales como a estándares internacionales.