-
Unión de los Estados Europeos
No deja de resultar paradójico que fuera precisamente un primer ministro británico, Winston Churchill, quien en 1946 hablase de la unión de los Estados europeos. Cierto es que el contexto era el de una Europa asolada por la Segunda Guerra mundial, donde esa unión no se concebía aún en términos de integración económica, ni mucho menos política, sino en torno al Consejo de Europa como foro de encuentro y de coordinación ante una posible expansión del comunismo. -
Mancomunidad de naciones
Un hecho simbólico fue la adhesión de Australia y Nueva Zelanda, territorios pertenecientes a la Commonwealth, al tratado regional de seguridad Anzus con Estados Unidos, que expandía su control territorial en plena guerra fría. De hecho, la pertenencia a la Commonwealth dejó de suponer sumisión a la Corona británica. -
Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA, en inglés)
Reino Unido no se mantuvo inmóvil ante los avances europeístas, y promovió la denominada Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA, en inglés), incorporando los países que no se adhirieron a la CEE, con el fin de eliminar entre ellos los derechos de aduana de productos industriales, sin afectar al sector agrícola. -
Tratado de Maastricht
Una actitud mantenida hasta la firma del Tratado de Maastricht en 1992, cuando surgió la posibilidad de descolgarse del proceso seguido por el resto de socios, con el establecimiento de cláusulas de exención que permitieron a Reino Unido no integrarse monetariamente. Se reconocía de manera explícita esa Europa de distintas velocidades, que dejaba un grupo de países avanzando en el proceso de integración, entre los que estaban Francia y Alemania, y Reino Unido por otro. -
Informe Elcano de Presencia Global
Reino Unido ocupó la segunda posición en el ranking, detrás de EE UU y delante de Alemania. Una posición elevada, teniendo en cuenta que se trata de la sexta economía mundial en términos de PIB y la vigésima en términos de población, lo que da cuenta del elevado grado de proyección exterior de Reino Unido. -
Comercio Británico
Que Reino Unido haya perdido menos cuota de presencia que sus socios comunitarios en estos últimos años, es una de las muestras del menor impacto de la crisis europea, consecuencia entre otras cosas de su no pertenencia a la zona euro. Su mayor orientación extracomunitaria hace sus exportaciones menos dependientes, que no inmunes, de la evolución de la demanda europea. Aún así, en 2015 más del 40 por cien del comercio británico se destinó a la UE.