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Colonial, hasta 1830.
A diferencia de las demás literaturas hispanoamericanas, el origen de la argentina carece de rasgos amerindios. Los primeros registros son crónicas de viajeros extranjeros como Ulrico Shmidel y Ruy Díaz de Guzmán. Esta etapa crece junto con la época de la independencia. -
Romanticismo, hasta 1880.
Luego de la ruptura con España, Argentina se adhirió rápidamente a esta corriente. Se buscó tener una literatura nacional original, que tuviera rasgos propios, diferentes a los europeos. Su cosmovisión era sentimental. Su principal exponente fue Esteban Echeverría, quien publicó "El Matadero", considerado como el primer cuento local y realista. Nace una literatura de madurez intelectual y política. A mediados del siglo, es publicada la primera novela argentina "Amalia" (José Marmol). -
Realismo y Naturalismo, hasta 1900.
La migración europea es notoria, acentúa el cambio de la "gran aldea, y la primacía cultural de Buenos Aires por antonomasia. La poesía es lírica e imprecatoria, el ensayo es un género reciente y la narrativa no está definida si es social o costumbrismo. -
Modernismo, hasta 1920.
Surge de Rubén Darío. En argentina, el principal exponente de la poesía: Leopoldo Lugones, a quien se le otorga el titulo del escritor del primer cuento de ciencia ficción en nuestra literatura. Surgen lateralmente el criollismo, pontificador del realismo rural (Horacio Quiroga) y el sencillismo, poética de lo popular (Evaristo Carriego). -
Vanguardias, hasta 1940.
Se abren dos grupos literarios: Boedo, impresionado por el realismo ruso, postula una reflexión filosófica del hombre y la restauración de la esencia de la argentinidad (Raúl Gonzáles Tuñón) y Florida, vinculado al ultraísmo (Jorge Luis Borges). Los escritores de estos grupos conforman la primera generación de los "Martinfierristas". -
Generación intermedia, hasta 1960.
Se centra en la poesía que desarrolla lo descriptivo, lo nostálgico y lo memorioso. Los narradores se alinean en el idealismo y el realismo (Adolfo Bioy Cáceres, Ernesto Sábato). En los años cincuenta, en respuesta al nuevo estado del pensamiento de posguerra, resurge el realismo. -
Boom latinoamericano, hasta 1990.
Las influencias son europeas (Sarte, Camus, Eluard) y connacionales (Borges, Cortázar, Marechal). Se destacan dos tendencias generales: el rastreo del tiempo metafísico y la historicidad (Horacio Salas), y las convulsiones urbanas y sociales (Abelardo Castillo). Son años oscuros para la creación intelectual, el signo de la época es el exilio o la muerte. Los poetas, narradores y ensayistas renuevan el campo de la ética y estéticas teniendo como referente a Neruda, Eliot, Eluard, Montale.