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El virus que tiene el padre de Javier es contagioso
Después de saber que que el padre cayese enfermo, reciben la noticia que se tiene que ir a un hospital cerca del campo, por lo tanto, se va de casa durante 5 meses. Pero aun hay riesgo de contagio, por lo tanto, Javier se tendrá que ir a casa de tía Adela. -
La presencia de Beatriz Obregón
Después de unos días desde que Javier llegó a Villa Candelaria sucede un episodio paranormal; la presencia de alguien que no estaba en casa acompañado con un fuerte olor a nardos. -
El cuadro de Beatriz Obregón
El cuadro de Beatriz Obregón, situado en la biblioteca, despierta una gran curiosidad a Javier, aún más cuando le dicen que fue la ladrona de la familia. -
Descubrir el libro de Frankenstein
Esto da acabo diferentes acontecimientos como la visita al cementerio o descubrir el nombre de Savanna. -
Visita a Abraham
Después de leer la nota de Beatriz Obregón que contenía el libro de Frankenstein, Violeta y Javier van a visitar a Abraham, un marinero que tiene una tienda, este les muestra el nombre de capitán Cienfuegos y del Savanna. -
La aparición del nombre de Amalia
Después de un suceso paranormal que tuvo Javier mientras se estaba duchando, en el espejo empañado aparece el nombre de Amalia. -
Visita a Amalia
Después del descubrimiento del nombre de Amalia, hallaron la dirección donde vivía y hablaron con ella.
Sin lugar a dudas, descubrieron muchas cosas. -
El desván
Después de una agotadora búsqueda en el desván, Violeta y Javier encontraron el vestido de boda y unos peculiares cajones. -
Los cajones secretos
Javier se acordó, que un amigo suyo, tenia los mismo cajones que Beatriz Obregón, que a la vez, encontraron en el desván, estos, tenían un cajón secreto. -
La aparición de Beatriz Obregón
Después de que el espíritu de Beatriz Obregón apareciera y guiara a Javier al desván y reflexionara sobre el nada, solo quedaba una cosa. -
La verdad de Amalia
Después de que Amalia lo reconociera, le da las lágrimas de Shiva a Javier. -
La devolución de las lágrimas de Shiva
Javier, al enseñarle la joya que poseía, la familia Obregón, como si de velocidad se tractara, se arreglaron y se fueron a devolverlo a los Mendoza