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Las fotos de mis recuerdos.
No hay nada más sentimental que una buena foto impresa en papel. El blanco y negro posee un encanto que no se puede superar por muchos píxeles que poseas. -
Mi primer televisor.
Ese año, me casé comprando mi primer televisor, que aún conservo y que pese a su vetustez funciona perfectamente. -
El teléfono.
Todo analógico. Que romántica era la rueda de número, aunque el mio era de botones. -
La magia del fax.
Marcó el inicio de mi primer trabajo, que aún conservo. Mejoró las comunicaciones y abrió un amplio abanico de posibilidades en el ambito laboral. -
El primer ordenador personal.
Adios a mi vieja máquina de escribir, adios a las hojas de calco y a los dedos negros, adios a la vicera y los manguitos y bienvenida sea la modernidad. -
Mi primer sistema operátivo.
Que dificl era en comparación con los actuales sistemas operativos, pero revolucionó las oficinas y los comercios. -
El programa.
Se acabaron las fichas y escribir las direcciones a mano. Ahora lo vemos y comprobamos que está obsoleto, pero mejoro los procesos dando un salto cuantitativo y cualitativo insuperable. -
El reproductor de vídeo.
El cine irrumpió en casa y las noches fueron mas amenas. -
Aparición del rey de la informática.
Con su llegada revolucionó la informática y al mundo. Hay un antes y un despues de su llegada e implantación en las administraciones publica, lugar donde trabajo. -
El correo electrónico.
Tengo varios: personal y profesional. Instrumento extremadamente útil para la transferencia de información. -
El gran buscador: Google.
Ha puesto a disposición toda la sabiduría mundial. -
El messenger.
Útil pero impersonal. -
La fotografía digital.
La foto sin fin. No tiene la emoción de una foto analógica, como habrá quedado y la sorpresa del revelado; pero su versatilidad justifica su existencia. -
El teléfono móvil.La REVOLUCIÓN de la información en mayúscula.
Desde los primeros ladrillos, denominación coloquial de los móviles antiguos, hasta los de última generación; el teléfono móvil ha conocido un desarrollo que ninguna tecnología de la comunicación ha experimentado.